LOS OJOS PUESTOS EN LAS NACIONES: Un viaje de 5 días, explorando el corazón persistente de Dios por las nacionesMuestra

¡Que todas las naciones lo alaben!

La familia de Abraham llegó a ser un pueblo numeroso, tal como Dios había prometido. Cuando se hallaron esclavizados en Egipto, el Señor oyó su llanto, bajó y los rescató con actos poderosos de liberación (Éxodo 3–12). Estableció un pacto (alianza) con ellos (Éxodo 20; Deuteronomio 5) y los hizo una nación apartada para Sus propósito misionales. Puso símbolos en medio de su campamento—el tabernáculo, el arca del pacto—como recuerdos visibles de Sus promesas y de Su presencia con ellos.

Algunos siglos después, descubrimos que uno de esos símbolos, el arca del pacto, ha caído en manos enemigos durante el reinado de Saúl, el primer rey de Israel. Cuando David sigue a Saúl como rey, una de sus tareas es volver el arca al territorio israelita (1 Crónicas 15 y 16).

El retorno del arca es un momento de adoración y celebración gozosa, una oportunidad para que los cantantes y compositores nombrados por David (“Asaf y sus parientes”) hagan su estreno. Es significativo que en ese día de gran regocijo nacional, que muy fácilmente podría haber sido una ocasión para un auto-enfoque exclusivista de Israel para Israel, el pueblo es llamado a tener otro enfoque muy diferente. La canción de Asaf en 1 Crónicas 16 lleva a Israel a una memoria más allá de su fundación nacional; lo lleva a contemplar los propósitos creacionales de Dios. Esta canción de adoración, especialmente los versículos 23–36, resalta la adoración del Señor por “toda la tierra” (vv. 23, 30), “las familias de los pueblos” (v. 28) y “los cielos y la tierra” (v. 31). La experiencia israelita de la obra divina de rescate y redención (vv. 8–22) no es solo para el beneficio de Israel, sino también para testimonio al resto del mundo (las naciones).

Los propósitos redentores de Dios para “las naciones” están presentes aun en los momentos más exaltados de celebración y adoración en Israel. La experiencia de la salvación y el rescate no es solamente un regalo que recibir con gratitud sino también un testimonio que dar al mundo observador.