LOS OJOS PUESTOS EN LAS NACIONES: Un viaje de 5 días, explorando el corazón persistente de Dios por las nacionesMuestra

Iglesia para todas las naciones

Como vimos ayer, todos los cuatro Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) incluyen una forma de las palabras de comisión que Jesús les dio a Sus seguidores después de Su resurrección, enviándolos a las naciones. Lucas, quien escribió también el Libro de los Hechos, repite esa comisión en su segundo tomo. En Hechos 1:8, Jesús indica que la misión va a desarrollarse en círculos concéntricos siempre expandiendo de ministerio transcultural. “Van a recibir poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, y van a ser mis testigos, contando mi historia a todo el mundo—en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los fines de la tierra”.

Por cuarenta días después de Su resurrección, Jesús había estado enseñando e instruyendo a Sus discípulos, ofreciéndoles tiempo y repetidas oportunidades para procesar la realidad que El vivía. La comisión que les dio en Hechos 1:8—Sus palabras finales antes de ascender—son la culminación de esas instrucciones inspiradas por el Espíritu, el objetivo hacia el cual esos cuarenta días habían estado apuntando.

De la misma manera que el ministerio de Jesús mismo se llevó a cabo en el poder del Espíritu Santo (Lucas 3:22; 4:1), así también la misión de sus seguidores dependería del poder del Espíritu. Por eso Jesús les dice que esperen en Jerusalén (Lucas 24:49; Hechos 1:4) hasta que reciban el regalo del Espíritu Santo. Una vez que lo tengan, son impulsado a la misión, irrumpiendo en las calles de Jerusalén con las buenas nuevas (Hechos 2), y pronto alcanzando todas partes de Judea (5:16).

Sin embargo, parece que la iglesia centrada en Jerusalén tal vez estuviera un poco lenta en abrazar los círculos mayores de su misión (Samaria y los fines de la tierra). Aunque de ninguna manera estaban “cómodos” mientras hacían discípulos en Jerusalén (véanse Hechos 3 y 4), tampoco se apresuraron para abrazar el aspecto de su comisión que iba a cruzar fronteras. ¡Pero el Espíritu no se complació con dejarlos en sus lugares de familiaridad! Para Hechos 7, a través de la persecución y la compulsión sobrenatural del Espíritu, los discípulos de Jesús fueron impulsados a Samaria y después a los territorios no judíos del imperio romano. El resto de Hechos (en realidad, el resto del Nuevo Testamento) muestra el carácter “internacional” (todas las naciones) del movimiento cristiano primitivo.