Todos Quieren Un MilagroMuestra
La necesidad de milagros
El año en que nací, mis padres empezaron a proclamar y demostrar la vida milagrosa de Jesús a personas de todos los continentes. Viajábamos en familia, viviendo entre pueblos no alcanzados de muchas culturas y religiones. Mis primeros recuerdos de niña incluyen haber sido testigo ocular del impresionante poder del amor de Dios hacia las personas.
Nada es demasiado difícil para Él. Ninguna persona está demasiado fuera del alcance de su compasión y rescate. Ninguna enfermedad es mayor que su vida sanadora. Ninguna herida o injusticia está más allá de su poder para redimir y restaurar. Los milagros son normales para Dios, quien ha creado todas las cosas con su gran poder y su brazo extendido.
De joven, asistí a un seminario bíblico. Allí oí por primera vez que algunos cristianos no creen que los milagros se experimenten hoy como en los días de la Biblia. Me quedé estupefacta. Para mí, los argumentos y debates relativos a los milagros no eran más que palabrería. Había visto miles de milagros de sanidad, de vidas cambiadas, de sueños restaurados, de relaciones reconciliadas, de provisión material, de protección física y mucho más.
Hoy continúo el legado de mis padres a través de los diversos aspectos de nuestro ministerio global. Nada ha cambiado porque Jesús resucitado no ha cambiado. Decenas de miles de budistas, hindúes, musulmanes, animistas y seguidores de otras religiones han creído en Jesucristo y se han vuelto hacia Él en nuestras campañas por todo el mundo. Lo hicieron porque vieron la prueba de su presencia viva y la realidad de su Palabra en acción a través de los milagros que realizó.
Jesús atrajo a las multitudes a través de los milagros. Dondequiera que se realicen milagros en su Nombre hoy en día, independientemente de la zona o el país, se reunirán multitudes de personas, deseosas de ver su poder en evidencia.
Jesucristo es tan hacedor de milagros ahora como lo fue siempre. La humanidad necesita su toque milagroso ahora más que nunca. En un mundo lleno de muerte, enfermedad, dolor, guerra, pobreza y maldad, millones de personas anhelan a Cristo. Cuando le permitimos entrar en nuestros corazones, experimentamos su poder, su amor y su presencia. Te animo a que abraces al Hijo de Dios vivo, maravilloso y asombroso.
Jesús, Hijo de Dios, viniste a salvar y a sanar. Demostraste tu vigoroso poder resucitando de entre los muertos. Por favor, toca mi vida y la de los que me rodean.
Acerca de este Plan
Dios está vivo. Te ama. Anhela revelarse a tu vida. Sus milagros son una prueba de su amor. Mientras lees este plan devocional, oramos para que conozcas el milagro de la presencia de Cristo. A medida que experimentes su poder sobrenatural, te sentirás motivado para compartir el Evangelio con los demás.
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Queremos dar las gracias a la Dra. LaDonna C. Osborn y a Osborn Ministries International (OMI), en colaboración con El Centro Network, por facilitarnos este plan devocional. Osborn Ministries procura expresar y propagar el evangelio de Jesucristo a todas las personas del mundo. Para más información, visita https://osborn.org http://www.elcentronetwork.com