Permaneciendo en Jesús - Llevando Fruto DuraderoMuestra

Si me amas, cumple mis mandamientos

Lectura: Juan 14:23-24

EOAO: Juan 14:23-24

"Respondió Jesús: —El que me ama obedecerá mi palabra y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada con él. El que no me ama no obedece a mis palabras y la palabra que me habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió" (RV2020).

En el texto

La voluntad de Dios para nuestras vidas es sencilla: que demos fruto y lo glorifiquemos. Pero, ¿cómo podemos vivir esto? Jesús lo deja claro: a través de la obediencia cimentada en el amor. El amor es el motivo más alto y puro para la obediencia porque cuando obedecemos por amor, lo hacemos voluntariamente, con todo nuestro corazón.

El amor verdadero no calcula ni mide el costo de seguir a un ser amado. Imaginemos una boda en la que la novia va quejándose de todas las tareas que tendrá que hacer para su marido y de la libertad a la que renuncia al casarse. Los invitados a la boda probablemente se preguntarán si esta mujer en verdad ama al hombre con el que está a punto de casarse. Todos sabemos que el amor verdadero es una entrega gozosa de uno mismo, feliz de complacer al otro y feliz de hacer lo que se le pida.

Este es el tipo de amor que Jesús quiere de nosotros. Un amor generoso y confiado. Y la prueba de que realmente lo amamos, como Él lo deja claro, es a través de nuestra obediencia. Una obediencia que no mira la Palabra de Dios y se pregunta: "¿Cuánto me costará esto?". Sino una obediencia que dice: "Señor, te amo y confío lo suficiente en ti como para hacer lo que sea que me pidas".

Y, aunque Dios ama al mundo entero, Jesús está hablando de un tipo de intimidad y amor que prometió sólo al pueblo de Dios. El Padre vendrá de una manera especial a quienes lo aman y lo obedecen. Él los consolará, los protegerá, los guiará y les proveerá lo que necesiten. Nunca los abandonará.

Oración

Querido Jesús, ayúdame a amarte con todo mi corazón y a obedecer tus mandatos desde un lugar de devoción, no de obligación. Amén.