Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia Muestra

El Llamado a Cuidar: Está en la Palabra Las personas saben por sí mismas algunas cosas respecto de Dios. Saben que Dios existe: todas las culturas de la tierra tienen historias de un poder más grande que el hombre. Toda la naturaleza canta de un diseño inteligente, de orden, de una ingeniería brillante. Toda la gente siente que Dios (quienquiera que sea) es bueno, y la conciencia les indica nerviosamente que tienen una cierta responsabilidad. Pero el plan de rescate de Dios a través de Cristo Jesús es conocimiento revelado, no es un conocimiento inmanente, y Dios insiste de manera absoluta en que las personas adquieran este conocimiento a través de otras personas. Los que saben, comparten lo que saben. “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:14). Las narraciones asombrosas de la historia de Israel en el Antiguo Testamento demuestran que Dios no escatimará ningún esfuerzo para hacer lo que sólo él puede hacer; pero él se niega de manera absoluta a hacer por nosotros lo que nos faculta para hacer, lo que nos comisiona y nos da el poder para hacer, a saber, compartir unos con otros la información sobre el Nombre que hemos de invocar para ser salvos. Comparta lo que conoce. Comparta con los que conoce.El Llamado a Cuidar: Está en la Palabra Las personas saben por sí mismas algunas cosas respecto de Dios. Saben que Dios existe: todas las culturas de la tierra tienen historias de un poder más grande que el hombre. Toda la naturaleza canta de un diseño inteligente, de orden, de una ingeniería brillante. Toda la gente siente que Dios (quienquiera que sea) es bueno, y la conciencia les indica nerviosamente que tienen una cierta responsabilidad. Pero el plan de rescate de Dios a través de Cristo Jesús es conocimiento revelado, no es un conocimiento inmanente, y Dios insiste de manera absoluta en que las personas adquieran este conocimiento a través de otras personas. Los que saben, comparten lo que saben. “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:14). Las narraciones asombrosas de la historia de Israel en el Antiguo Testamento demuestran que Dios no escatimará ningún esfuerzo para hacer lo que sólo él puede hacer; pero él se niega de manera absoluta a hacer por nosotros lo que nos faculta para hacer, lo que nos comisiona y nos da el poder para hacer, a saber, compartir unos con otros la información sobre el Nombre que hemos de invocar para ser salvos. Comparta lo que conoce. Comparta con los que conoce.