Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia Muestra

El Llamado a Cuidar: El silencio no es una opción En el periodo de formación de tres años los discípulos de Jesús no fueron particularmente buenos embajadores de él. Muchas veces las observaciones espontáneas que hacían revelaban que eran hombres confundidos, vanidosos, ambiciosos y vengativos. Hablaban cuando deberían estar escuchando y se quedaban en silencio e incluso se escapaban cuando se necesitaba su testimonio. Pero el Señor siguió adelante con ellos, envió su Espíritu sobre ellos y los transformó de cobardes en campeones de la fe. Incluso cuando se veían amenazados con la cárcel, el abuso físico y la muerte, sabían que el silencio no es una opción: “no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído (Hechos 4:20). Todos somos materia prima como fueron los discípulos al principio. Pero cuanto más permitamos que Dios nos hable en su Palabra, más permitiremos que nos use para sus propósitos, más crecerá nuestra confianza, y más de acuerdo estaremos en que el silencio no es una opción. Hemos sido bendecidos con el conocimiento y el entendimiento de los resultados de la gran guerra entre el bien y el mal, entre Cristo y Satanás, entre la vida y la muerte. ¿Cómo podríamos no hablar de lo que hemos visto y oído?El Llamado a Cuidar: El silencio no es una opción En el periodo de formación de tres años los discípulos de Jesús no fueron particularmente buenos embajadores de él. Muchas veces las observaciones espontáneas que hacían revelaban que eran hombres confundidos, vanidosos, ambiciosos y vengativos. Hablaban cuando deberían estar escuchando y se quedaban en silencio e incluso se escapaban cuando se necesitaba su testimonio. Pero el Señor siguió adelante con ellos, envió su Espíritu sobre ellos y los transformó de cobardes en campeones de la fe. Incluso cuando se veían amenazados con la cárcel, el abuso físico y la muerte, sabían que el silencio no es una opción: “no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído (Hechos 4:20). Todos somos materia prima como fueron los discípulos al principio. Pero cuanto más permitamos que Dios nos hable en su Palabra, más permitiremos que nos use para sus propósitos, más crecerá nuestra confianza, y más de acuerdo estaremos en que el silencio no es una opción. Hemos sido bendecidos con el conocimiento y el entendimiento de los resultados de la gran guerra entre el bien y el mal, entre Cristo y Satanás, entre la vida y la muerte. ¿Cómo podríamos no hablar de lo que hemos visto y oído?