«Un Intercambio Glorioso»Muestra
«Dios en su Palabra: su corazón, su esencia, su voluntad»
Nuestro Dios no se esconde y precisamente en su «Palabra» escrita, nos revela quien es Él, nos deja ver su corazón y su perfecta voluntad para cada uno de los que formamos su iglesia.
De la Palabra sabemos:
- Que el hombre vive y se alimenta de ella.
- Que es eterna e inalterable.
- Que el que se avergüenza de ella, Dios se avergonzará de él.
- Que el que la oye y cree tiene vida eterna.
- Que si permanecemos en ella verdaderamente seremos sus discípulos.
- Que el que la guarde nunca verá muerte.
- Que ella nos va a juzgar en el día postrero.
- Que hay que usarla bien para estar aprobado ante Dios.
- Que los que la oyen y la guardan son bienaventurados.
- Que la fe viene por el oír, y el oír viene por ella.
- Que es la espada del Espíritu.
- Que es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos; que penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
- Que entre tantas cosas, fuimos enviados a predicarla, haciendo discípulos enseñándoles que guarden todas las cosas que Dios nos manda a través de ella.
- Y que, por sobre todo, ella es en su totalidad inspirada por Dios, útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que los hijos de Dios, como tú y yo, seamos perfectos, enteramente preparados para toda buena obra.
Tampoco podemos pasar por alto a Juan que dice en Apocalipsis, que no se añada o quite a esta palabra de la profecía, pues Dios traerá plagas sobre sus vidas. Además de generar un temor reverente a Dios, crea un profundo agradecimiento y una gran responsabilidad de no adulterar de ninguna manera su Palabra, que revela la persona del único Dios vivo y verdadero.
Nada que contradiga o niegue la Palabra de Dios puede nacer de Él, básicamente porque Dios no puede contradecirse ni puede negarse a sí mismo. Pedro escribe: «Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios». Eso es lo que imperiosamente necesitamos en este tiempo. Necesitamos volver a la esencia, necesitamos volver a Él.
Acerca de este Plan
Éste devocional analiza las falencias que como cuerpo de Cristo tenemos, y de la misma manera nos muestra una salida para dejar atrás dicha problemática, llegando a la conclusión que por medio de intercambios gloriosos, «perder es ganar».
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Nos gustaría agradecer a Fabián Liendo en convenio con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: http://www.elcentronetwork.com y http://www.facebook.com/Kyosko