«Un Intercambio Glorioso»Muestra
«Cada camino tiene un destino»
Vivimos tiempos en que gran parte de la iglesia predica acerca de un tipo de fe que intenta poner a Dios «a nuestro servicio», en lugar de ponernos a nosotros «al servicio de Dios». Se trata de una fe ilusoria, que solo puede conducir a la gente a un bienestar momentáneo o a un positivismo pasajero, pero con un final de muerte. Predican una semilla que no puede dar fruto, que no dice la verdad y que no nos alinea al camino trazado por Dios para nuestras vidas. ¡Necesitamos estar alertas! Es como una semilla de plástico que por más que se riegue, se abone la tierra y se tengan todos los cuidados necesarios para que germine, ¡es imposible que esto ocurra! No hay vida en ella, y si no tiene vida, mucho menos dará fruto.
Todo camino es importante por el destino al que conduce, y en este punto crucial están puestas las palabras de Jesús al decir: «No se equivoquen. Si el evangelio que siguen me coloca a mí como su servidor, entonces tomaron el camino equivocado». Este no es precisamente el camino que conduce a la vida. No porque Dios sea un Padre que solo anhela lo mejor para sus hijos, sino porque «las demás cosas» son añadidura, de buscar primeramente su reino y su justicia.
Queda claro que lo más importante y urgente es que la verdad sea revelada, para que, quienes hoy se encuentren con la muerte, no vayan al infierno. Sabemos que muchos son los llamados y pocos los escogidos, que el camino es angosto y que la puerta es estrecha, pero Jesús no vino para condenar, sino para que el mundo sea salvo por Él, ¡y esa es la gran noticia!
Jesús dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida», pero además aclaró, que si Él no es el camino en cada una de tus decisiones, entonces tampoco puede ser la meta.
La madre de Juan y Jacobo pidió a Jesús que ubicara a sus hijos uno a su izquierda y otro a su derecha en su reino, a lo que Jesús le respondió: «¡No sabes lo que pides! Yo no soy solo el “qué” sino el “cómo”». Su deseo era bueno, pero hay un camino, y es la decisión del Padre. Es por eso que continúa afirmando: «Nadie viene al Padre si no es por mí». Tenemos que recuperar el Evangelio de Jesucristo, el que anuncia la salvación eterna en el glorioso establecimiento de su reino.
Acerca de este Plan
Éste devocional analiza las falencias que como cuerpo de Cristo tenemos, y de la misma manera nos muestra una salida para dejar atrás dicha problemática, llegando a la conclusión que por medio de intercambios gloriosos, «perder es ganar».
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Nos gustaría agradecer a Fabián Liendo en convenio con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: http://www.elcentronetwork.com y http://www.facebook.com/Kyosko