Siete Lecciones Que Podemos Aprender De Los Israelitas Y Su Viaje Por El DesiertoMuestra

Introducción:

Podemos aprender muchísimo de los israelitas en su viaje desde Egipto a través del desierto hasta llegar a la Tierra Prometida. Ellos no siempre actuaron bien, pero esta es la parte positiva al tener su historia: que podemos aprender mucho de su viaje de tal manera que nos pueda ayudar con el nuestro. En esta serie hablaremos de siete lecciones que aprendieron los israelitas en su viaje a través del desierto y de cómo éstas se aplican a nuestra vida actual y a nuestro andar con Dios.

Israel había vivido 400 años de esclavitud en Egipto cuando Dios envió a Moisés para liberar a Su pueblo. Ellos habían estado clamando por su libertad mientras se encontraban bajo la mano opresora de faraón; pero, ¿acaso sabían ellos realmente cómo era la verdadera libertad? Por muchas generaciones lo único que habían conocido había sido la esclavitud. ¡Menuda labor tenía que llevar a cabo Moisés con toda esta gente!

Por medio de encuentros personales y la relación que estableció con Moisés, Dios lo preparó para que guiara a los israelitas hacia la libertad. Nosotros, al igual que ellos, lo único que conocemos es el medio en el que hemos nacido; y cuando Dios entra a nuestras vidas puede que nos tome tiempo aprender Su manera de obrar. Debido a que Sus caminos son muy diferentes a nuestros caminos, gran parte del viaje consta de simplemente conocerle a Él y Sus caminos para poder seguirle. La buena noticia aquí es que Él está con nosotros, está a nuestro favor, y siempre nos saca adelante. Emprendamos el viaje y descubramos lo que podemos aprender de los israelitas.

Oración: Gracias, Dios, que al igual que a los israelitas me has invitado a ese viaje para conocerte a ti y tus caminos. Te agradezco que vayas conmigo y delante de mí siempre. También me has dado tu Palabra para que yo pueda aprender a seguirte a partir de los viajes que otros han emprendido contigo. Ayúdame a recordar que tengo que confiar en ti y que eres bueno siempre.

Consagración

Cuando los israelitas salieron de Egipto se adentraron en un viaje de consagración. La definición de consagración es: una dedicación solemne para llevar a cabo un propósito o servicio especial. Consagración significa literalmente “asociación con lo sagrado”. Ellos marchaban en un viaje que al parecer los separaba del resto del mundo para Dios. Ellos estaban siendo invitados a asociarse con Dios mismo. En realidad Dios los estaba invitando a que fuesen Su posesión valiosa y especial. Además, por medio de lo que provocaría lo que ellos tenían, Él atraería el resto del mundo a que tuviesen una relación con Dios mismo.

El viaje de consagración consiste en dejarlo todo y entregarse a una sola cosa. Su propósito es que sea un hermoso viaje al corazón de Dios y que descubramos cuan gran corazón tiene para con nosotros. Esto resultó ser un concepto bien difícil de entender para la mayoría de los israelitas y parecía que no cumplía con la idea de libertad que se habían hecho. Por 400 años ellos habían sido esclavos en Egipto y Dios había venido a rescatarlos. Por muchísimas generaciones no habían conocido otra cosa que no fuera la esclavitud. Era toda una proeza quitar la mentalidad de esclavitud que tenían y poner en ellos la mentalidad de ser hijos y la mentalidad de la verdadera libertad.

Dios quería un pueblo que exhibiera cómo era relacionarse con el ser divino. Sin embargo, los israelitas querían un rey terrenal y comida como a la que estaban acostumbrados en Egipto. Estaban tan acostumbrados a que se le dijese lo que tenían que hacer y que a cambio satisficieran sus necesidades, que no podían entender que Dios los estaba invitando a tener una relación con Él con todos los beneficios que esto implicaba.

¿Crees que existen áreas de tu vida en la que estás escogiendo algo inferior a lo que Dios te ha ofrecido, simplemente porque eso es lo único que conoces? ¿Cómo crees que puedes recibir más abundantemente aquello que Dios te ha ofrecido a tu vida?

Oración: Dios te agradezco por llevarme a este viaje de consagración. Gracias por revelarme tu corazón y tu carácter a medida que te sigo. Recuérdame todo aquello que me has ofrecido cada vez que sea tentado a buscar algo inferior a ello. Anhelo tener un corazón consagrado a ti y recibir todos los beneficios de mi relación contigo. Sé que estás a mi favor y que solo tienes lo mejor para mí por encima de todo.

Llamado a la acción

Escritura: Ro. 12:1; 2 Ti 2:21; Ro. 6:16; Fil 3:7-8; Éx. 32:29; Dt. 7:6