Todos estamos liderando a alguienMuestra

Haz un inventario: Evalúa tu situación actual

¿Cómo puedes guiar a alguien del punto A al punto B si no sabes dónde te encuentras? Una evaluación fuerte y veraz del presente es crucial para guiar a tu familia y a tu organización hacia la voluntad de Dios y hacia el futuro. Considera estas preguntas:

• ¿Qué estamos haciendo bien?
• ¿Qué aspectos de nuestra historia han sido un éxito?
• ¿Cuáles son nuestros temores?
• ¿Cuál es mi oración más profunda por este grupo?
• ¿Qué victorias a corto plazo podrían desarrollar credibilidad y confianza?
• ¿Cómo imagino el futuro preferible?

Mientras estudias el presente, quizá te sientas inquieto esperando que Dios te dé la visión para el futuro. La gente pide dirección, y el cielo parece estar demasiado silencioso. Espera a que Dios traiga la visión. Vendrá. 

Descubrimos la visión en la presencia de Dios. En lugar de permitir que la presión por tomar decisiones impulse al líder hacia la duda o el desánimo, debería impulsarlo hacia buscar a Dios y confiar en Él. La tienda de reunión es el lugar que todos anhelamos: donde Dios está presente, su dirección está disponible y su instrucción es clara. Cuando Moisés emergía después de cada encuentro, su rostro resplandecía tanto con la gloria de Dios que los israelitas estaban asombrados e incluso un poco asustados.

Los líderes que pasan tiempo con Dios son líderes excelentes, los padres son mejores padres y los amigos son mejores amigos. Nuestros cónyuges e hijos dependen de nosotros para que los ayudemos a navegar por las aguas difíciles de la vida. Nos están haciendo preguntas, tratando de hacernos reaccionar, buscando ayuda; y debemos responderles desde una fuente más profunda que nuestra propia fuerza o sabiduría. Necesitamos que Dios nos dirija para que podamos guiarlos eficazmente.

Si no pasas tiempo con el Señor en una manera consistente, no vas a saber qué es lo que más necesita tu familia, tu iglesia o tu organización. Estos momentos prioritarios a solas en la presencia de Dios deberían ser la fuente profunda a partir de donde lideres. Lo necesitas; ¡y los que estás guiando necesitan que lo tengas! Necesitan saber que no estás liderando a partir de un libro de autoayuda, sino de la Fuente más alta de sabiduría y fuerza. De otro modo, al sentirse presionados, tus seguidores podrían abandonar tus opiniones y seguir las suyas propias. Si lideramos al tanteo y no por una dirección divina, finalmente terminará reinando el caos.