Discipulado apostólico, dinámica de reinoMuestra
Una cultura superior, una marca y un estilo de vida
El discipulado se interpreta como un estilo de vida derivado de toda una conceptualización y vivencia a la luz del reino de Dios. Un compromiso que se reconoce en la soberanía absoluta de Dios. Es así, que el discipulado llega a contrastar en muchos casos, con los valores culturales y se convierte entonces, en una especie de supracultura. En lugar de rendir culto a una cultura, la confronta, pero a la vez, absorbe elementos positivos que mejoran esa cultura. La declaración de Cristo fue: «oíste que fue dicho, pero yo os digo».
El discipulado no puede ser continuidad necesariamente de una determinada cultura de este mundo, pero sí puede, en algunos momentos, ser desestabilizador de los elementos culturales y hasta de los antivalores del sistema. Pero en esencia, el discipulado es un estilo de vida marcado por el reino de Dios.
Seguramente, habrá otros estilos de vida marcados por otros reinos. Pero este proceso, formativo e integral, que implica una determinación radical de someterse a las demandas de Jesucristo, a su señorío en la totalidad de la vida, es un estilo de vida marcado por el reino de Dios, conceptual, teórico y vivencialmente práctico.
El discipulado es la marca distintiva de la presencia de Jesucristo, que anuncia que el reino es una realidad presente, pero a la vez es una realidad por venir. Esa marca distintiva, es lo que permea nuestra condición de redimidos, como el sentido de discernimiento que le da al creyente en Cristo el discipulado.
El discipulado, es abrazar una causa, la causa del reino de Dios. Dejemos bien claro, que el discipulado es un estilo de vida, con un cambio de perspectiva a nivel conceptual, pero también un cambio de perspectiva a nivel vivencial.
Bajo esa cosmovisión, el reino de Dios es una manera de pensar diferente, lograda por una transformación en la renovación de nuestro entendimiento que cambia nuestra forma de vivir. El discipulado entonces va más allá de personas. Que Dios use personas, que Dios use instituciones, que Dios use medios es una realidad, pero no podemos confundir los medios con los fines.
El fin en este caso, es el señorío de Jesucristo sobre la vida y la acción de quienes hemos abrazado esa causa. Debemos estar claros que el discipulado, más que seguir a una persona, es abrazar una causa que trasciende. El objetivo central del discipulado apostólico es discipular gente para Jesucristo y discipular gente para Jesucristo, es hacerlo para el reino de Dios.
Escrituras
Acerca de este Plan
El discipulado apostólico de reino, se ejerce dentro de la iglesia, en la comunidad en general y en nuestra relación con todo el orden creado. En muchos sentidos, esta vida de la reconciliación es el aspecto más público de nuestro discipulado y al mismo tiempo, profundamente fusionado con nuestro testimonio y evangelismo.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño, de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com