Discipulado apostólico, dinámica de reinoMuestra
El reino de Dios es la clave del discipulado
El discipulado no es más que una manera trascendente e inminente, de ver y practicar la vida de una forma también consciente, pero que, en su misma práctica, y según la capacidad de habituarse a vivirlo, se vuelve inconsciente y natural.
Lejos de ser un mero concepto, el discipulado es un proceso multidimensional, amplio, integrador, totalizador y promotor de aquellos aspectos esenciales de la vida cotidiana, de la que se nutren y al mismo tiempo, intentan explicarla, enriquecerla y aplicarla.
Como un proceso de vida, es en esencia lo que Jesús predicó y vivenció al amparo del reino de Dios, por lo que, el objeto del discipulado es el mismo reino de Dios y no puede existir el discipulado de Cristo, al margen del reino de Cristo.
El objetivo del discipulado
Si el objeto de estudio de la psicología es la conducta humana y todo lo que esto implica; si el objeto de estudio de las ciencias políticas es el gobierno; el objeto del discipulado debe ser el reino de Dios, desde una cosmovisión integral del hombre, de la vida, la sociedad y la creación.
Convencidos que el reino incluye todos los ámbitos de la vida y la creación misma, tanto la sustentación de esa creación, como la redención de esa creación, entonces, el discipulado tiene como clave hermenéutica el reino de Dios. La perspectiva del reino de Dios es sagrada, por lo cual no se puede caer en el reduccionismo de confundir lo espiritual con lo material, sin saber si una cosa es más importante que la otra. De allí, el riesgo que implica el dualismo.
Siendo el discipulado un compromiso radical de caminar con Jesucristo, su aplicabilidad se vuelve viva en el entendido que el reino de Dios, con sus implicaciones de verdad y solidaridad nos lleva a compromisos en la vida cotidiana. ¿Qué significa esto? Si el discipulado tiene como objeto teórico y práctico el reino de Dios, entonces el discipulado tendrá su razón de ser y se justificará siempre en cualquier cultura, en cualquier espacio, en todo tiempo y en todo lugar.
El discipulado tendrá una razón de ser, porque el reino de Dios permea todas las estructuras, culturas y valores. Y al permear más allá de las estructuras y culturas, el discipulado va también más allá de las percepciones filosóficas, teológicas y políticas. El discipulado, entonces, al tiempo que es inmanente, se vuelve sensible y sensato.
Escrituras
Acerca de este Plan
El discipulado apostólico de reino, se ejerce dentro de la iglesia, en la comunidad en general y en nuestra relación con todo el orden creado. En muchos sentidos, esta vida de la reconciliación es el aspecto más público de nuestro discipulado y al mismo tiempo, profundamente fusionado con nuestro testimonio y evangelismo.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño, de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com