Como nunca antesMuestra

Su Palabra II

Jeremías 17:5 “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová”.

Este es un pasaje que en ocasiones es mal interpretado, Dios no nos está diciendo que no podemos confiar en nadie, no es eso lo que quiere decir el Señor.

Debemos confiar en las personas, es muy difícil vivir la vida desconfiando de todo mundo.

Hebreos 4:16 nos menciona “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.

La palabra hebrea para confianza indica arrojarse hacia delante o hacia un objeto a fin de descansar sobre él. Es como si estuviéramos de espalda y decidiéramos dejarnos caer hacia atrás esperando que alguien nos reciba.

Confiar no es un sentimiento, es una decisión

No es si nos sentimos bien confiamos y si nos sentimos mal entonces ya no podemos confiar. 

Hebreos 10:35 (NTV) «Por lo tanto, no desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran recompensa que les traerá!«

Quien confía en Dios es alguien que confía en Su Palabra.

Salmos 9:10 cita “En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.

El detalle importante aquí es que no podemos confiar en Dios si antes no le conocemos.

Jeremías 17:7 y 8 dice “Bendito el varón que confía en Jehová…” y continúa  diciendo “Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces…”

Que bendición tan grande es esta. Dice que el hombre que confía en el Señor es bendito. Hace una comparación con un árbol que está sembrado junto a corrientes de aguas y así vengan momentos de sequía este árbol estará firme como si no estuvieran.

Pensar que si confiamos en Dios es garantía que no vendrán pruebas o situaciones difíciles es mentira, sí que aún en medio de las pruebas vamos a estar aferrados a Su mano. Vamos a estar vigorosos.

En momentos difíciles sentimos todo el peso de la prueba, se nos caen las hojas, dejamos de dar fruto, ya no servimos al Señor. Nos desanimamos.

Si confiamos en Dios y en Su Palabra podemos estar en medio de una prueba difícil pero no la sentiremos de esa forma. 

Confía COMO NUNCA ANTES lo has hecho y veras Su Gloria resplandecer en medio de la dificultad.