Como nunca antesMuestra

Oración I

Mateo 6: 9-13 cita:

9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Si estudiamos las oraciones en la Palabra del Señor veremos que todos ellas son breves y sencillas. La palabrería y la falta de contenido son alegorías y falta de sinceridad. Observemos la oración del publicano en Lucas 18:13 “Dios, sé propicio a mí, pecador”, el ladrón en la cruz: “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” Lucas 23:42. Esas oraciones están cortadas por el mismo grito de Pedro en busca de ayuda cuando estaba caminando sobre el agua: “¡Señor, sálvame!” Mateo 14:30.

Esta oración fue un modelo para los discípulos, no fue para ser simplemente recitado. Los elementos de la oración de Jesús son recordatorios de lo que deben incluir nuestras oraciones.

Muchos piensan en la oración como una forma de conseguir lo que quieren de Dios y de hecho hay varios problemas con esta perspectiva. 

Primero, la oración de Jesús es más que “pedir.” Incluye, peticiones para el pan de cada día (lo primordial de las necesidades materiales) y el perdón (la más urgente de las necesidades espirituales). Entendamos que esta oración incluye alabanza, adoración, humillación y confesión.

La Palabra del Señor nos enseña que Dios es soberano. La teología de “Nómbrelo y reclámelo” enseña que el hombre es soberano y Dios es su siervo. El que ora cree que está en la posición de demandar y ordenar, teniendo a Dios como el siervo que tiene la obligación de acceder lo que pedimos.

La oración es mucho más que pedir y recibir. La Escritura repetidamente promete que si le pedimos algo en fe, Dios va a responder –es decir, si pedimos de acuerdo a Su voluntad, Él siempre amable y generoso va a responder.

A menudo El concede nuestras peticiones “mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” Ef. 3:20.

Que tu oración no sea palabrería sin sentido, que la oración sea un momento de adoración y reverencia a nuestro Padre Celestial con absoluta confianza, 1 Juan 5:14 “Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”. 

Jesús dijo en Juan 15:7 “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.” 

La oración correcta es adoración pura, aun cuando pedimos, busquemos a Dios COMO NUNCA ANTES lo hemos hecho.