Sed espiritual

¡Lo lograste! Fuiste persistente a través del trabajo doloroso y difícil de vaciarte de todo lo que te impedía recibir todo lo que Dios tiene para ti. Durante los últimos siete días, te has humillado, examinado y despojado de las cosas que solo satisfacen tu carne. No ha sido fácil, pero ha valido la pena.

Durante los próximos siete días, estaremos preparando nuestros corazones para llenarse del Espíritu Santo. El espacio que hemos creado en nuestras vidas ahora está a punto de llenarse con la plenitud de Dios. Se avecina un cambio de proporciones sin precedentes en tu vida. Prepárate para un cambio de vida.

En Juan 4:13-14, describe la sed espiritual. Las cosas de este mundo y el agua a la que Jesús hace referencia por primera vez, saciarán momentáneamente tu sed, pero volverás a tener sed. Luego continúa hablando del agua que hará que nunca más tengas sed. Esta agua es el Espíritu Santo. Esta debería ser el agua que queremos.

En Juan 7:37-39 Jesús continúa esto cuando dice “el que tenga sed, venga a mí y beba”. Para recibir el Espíritu y esta agua eterna, necesitamos aceptar a Jesús y creer en lo que Él nos ha dicho en la Palabra de Dios.

Debemos hacerlo bien, no pretender. Debemos tener sed del agua fresca y viva que solo el Espíritu Santo puede suministrar.