¿QUÉ ESTÁS SEMBRANDO?

Recomiendo leer primeramente los versículos de referencia

Pablo aquí nos está presentando un gran principio que nunca cambia y que opera en todos los ámbitos de la vida. Este principio es que todo aquello que sembremos (bueno o malo), es lo que vamos a cosechar. A veces se hace complicado sembrar algo bueno cuando en este mundo la mayoría se inclina por hacer todo lo malo, y más aún, cuando vemos que a esas personas que siembran maldad les va muy bien en esta vida.
Pero ante esta supuesta contrariedad, somos conscientes que, aunque estén disfrutando de lo bueno, eso no durará para siempre, ya que más temprano que tarde Dios hará valer Su justicia y todo lo de este mundo un día pasará.
Algunos se creen superjustos, dicen llevar la bandera de la santidad, pero cuando les llega el momento de ayudar a su prójimo, su reacción es darle la espalda. Hoy parece que no hay tiempo ni ganas de ayudar al necesitado y se deja de lado uno de los mandamientos más importantes dados por Jesús:

"Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos" (Marcos 12:31).

Nosotros, como cristianos, tenemos el mandato de estar para quien realmente nos necesite, siempre buscando tender una mano amiga, dispuestos todo el tiempo a dar apoyo moral y espiritual cuando vemos la necesidad. No te canses de hacer el bien, si no es hoy, llegará el día que cosecharas de tu siembra. Para esto necesitas cambiar tu corazón, no sea que termines menospreciando a esa persona que puede necesitar de ti.
¿Cuánto tiempo debes amar a tu prójimo? Pablo te dice: «No te canses de hacer bien; ...» ¿Cuántas veces tendrás que extender tu mano? Pablo te dice: «Siempre que tengas la oportunidad, haz bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe».

Aplicación: ¿Cómo es la semilla que estoy sembrando? ¿Me ocupo de tener una buena cosecha?

Consejo: Recuerda que este es TU tiempo con Dios, pídele al Espíritu Santo revelación de la Palabra, no pienses primero en otra persona, ni hagas una reflexión generalizada. Piensa en tu vida, en lo que Dios quiere cotigonpara luego, ayudar a otros.

Oración: Mi querido Abba Padre, sé que me has adoptado en tu familia gracias a Jesucristo, quien me ha confiado la semilla del Evangelio al salvarme y hacerse Señor de mi vida. A partir de este momento seré un obrero bueno y fiel para ti, sembraré en todo lo que tenga a mi alcance, abre mis ojos, quita el velo, para ver cada oportunidad que me das. Sigue orando con tus propias palabras.