UN VERDADERO PRIVILEGIO

Recomiendo leer primeramente los versículos de referencia

El Apóstol Pablo tenía ansias de predicar el Evangelio y no se avergonzaba de ello, porque era consciente que su mensaje era la Buena Noticia de Cristo, era salvación, poder para cambiar vidas, y era para todos. Él sabía que no era por sus palabras sino por el Espíritu de Cristo en él. Cuando comprendemos de manera más completa lo que Cristo hizo por nosotros, y lo que ofrece a los demás, entonces tendremos bastante motivación para predicar la Buena Noticia.
Hoy pidámosle a Dios que vuelva a encender en nosotros esa pasión fresca y entusiasta por obedecerlo y hablarles a otros de Su hijo Jesucristo, siempre tengamos presente que la necesidad de Dios está en todo ser humano, lo reconozcamos o no. Entonces siempre hay oportunidad de salvar a las personas que no conocen de este Dios de amor que tú y yo tenemos, y con quien convivimos, no se trata de religión, se trata de amor.
Jesucristo libera, sana, restaura, trae paz a los hogares, perdón en los matrimonios, reconciliación en las familias, paz en las tormentas, ¿Quién no necesita ayuda?.

Cuando sentimos vergüenza, ¡recordemos qué se trata de La Buena Noticia! Enfoquemos los pensamientos en Dios y que Él nos dará las palabras justas, en vez de mirar nuestras propias deficiencias, entonces no nos sentiremos avergonzados ni cohibidos. Recordemos siempre, el Espíritu Santo está en nosotros, y "Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Tim 1:7 NVI).
Este mensaje que tú y yo tenemos, es poderoso para cambiar vida, no somos nosotros, sino el que viene con nosotros, no hace falta ser un gran elocuente para mostrar el amor de Dios al prójimo. Podemos descansar en el Señor que el Espíritu dará las palabras justas en el momento oportuno, no predicamos por cuenta propia, nos envía el Dios de la vida, y Él hará que las palabras justas lleguen a nuestra boca en el momento de hablar, demos el primer paso, si no siempre estaremos en el mismo lugar.

Aplicación: ¿Hoy, nosotros, estamos realizando nuestro servicio como cristiano con un espíritu de entusiasmo, o lo hacemos por costumbre, porque nos sentimos obligados, o tal vez solo por cumplir un deber (como un niño que se tiene que bañar a la fuerza)?

Consejo: Recuerda que este es TU tiempo con Dios, pídele al Espíritu Santo revelación de la Palabra, no pienses primero en otra persona, ni hagas una reflexión generalizada, piensa en tu vida, en lo que Dios quiere contigo para luego, ayudar a otros.

Oración: Hoy Señor, te pido que puedas vivificarme con Tu Espíritu, deseo vivir como en mi primer amor Contigo, con entusiasmo por buscar Tu rostro y compartir de Ti a los que te necesitan, Espíritu Santo, pon este querer como hacer en mi vida, por tu buena voluntad, hoy te pido que me reveles a Cristo de una manera más completa. Sigue orando con tus propias palabras.