[Vida de David] Cómo librar nuestras propias batallasMuestra
Él me entrena para la batalla
Un ejército pasa meses entrenando antes de la primera confrontación. ¿Te imaginas lo efectivo que sería un soldado sin entrenamiento de combate? Leemos en el libro de los Salmos que David estaba siendo entrenado para la batalla por Dios. Cuando era niño, David tuvo que probarse a sí mismo confiando en Dios para que lo ayudara a ganar pequeñas batallas. Luchó con leones y osos que persiguieron las ovejas que cuidó, antes de pelear las grandes batallas. Por lo tanto, cuando David era rey y Dios lo mandó a pelear una batalla, estaba confiado, sabía cómo funcionaba. Y Dios le daba la victoria.
David confió en Dios. Sin embargo, también tuvo que hacer lo que era necesario, como entrenar, decidir qué estrategias usar contra el enemigo y luego luchar en la batalla. De la misma manera, nuestra fe y nuestras obras van juntas. Al pelear la batalla, debemos creer en Dios y hacer lo que Su Palabra dice para ver la victoria. Cuando la fe y las obras se juntan en un corazón que sigue la guía del Señor, los milagros suceden. Nuestra motivación y la intención de nuestro corazón en una batalla debe ser agradar al Señor en el amor de Cristo.
El Señor ya nos ha dado el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu. Él pone fuerza y confianza en nuestra alma, y nos ha dado el Espíritu Santo para guiar nuestras vidas, para que tengamos todo lo que necesitamos para pelear la batalla y conquistar. Dios nos prepara para la batalla, con pequeñas peleas, donde podemos ver el poder de Dios en acción. Cuando Él contesta nuestras oraciones, por ejemplo, curar un dolor de cabeza o una gripe, vemos cómo Su gracia está sobre nosotros para mayores desafíos. La mayoría de las veces no nos damos cuenta de que estamos preparados para una gran batalla hasta que sucede, pero, como en las pequeñas peleas, podemos estar seguros de que Dios no nos dejará. Él luchará con nosotros y por nosotros.
Nuestra fe debe ser la fuente de nuestras obras. El tiempo que inviertes en memorizar las Escrituras, en conectarte con Dios y aprender a obedecer Su Palabra es la fuente que alimenta tus obras. Tu fe es lo que te apoyará en medio de la batalla.
Acerca de este Plan
La vida es una batalla constante. Seguramente estamos en medio de una batalla, saliendo de una o a punto de entrar en una. El rey David tuvo sus batallas y Dios le dio la victoria dondequiera que iba. ¿Cuál era su secreto? ¿Podemos hacer lo mismo? El pastor Gregg Matte nos muestra, a través de la vida del rey David, los principios clave para hacer precisamente eso.
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Queremos dar las gracias al pastor principal de la Primera Iglesia Bautista de Houston, Gregg Matte y a El Centro Network por facilitarnos este plan. Para más información, visita https://houstonsfirst.org y http://www.elcentronetwork.com/