Dinero: un asunto espiritual

Como consejero financiero he tenido la oportunidad de hablar con personas que han atravesado momentos difíciles en sus finanzas; he hablado con solteros, casados, jóvenes y ancianos, todos con diferentes temas financieros, pero todos con un común denominador: al final, la raíz de su problema no era financiero.

Dios es el dueño y Señor de todo (Hageo 2:8; 1 Crónicas 29:11-12), lo que nos lleva a entender que las finanzas son un asunto espiritual y, como tal, debemos tratarlas con base en lo que Dios nos enseña en su Palabra sobre el manejo de las mismas. En la Biblia, 2350 versículos hablan sobre el dinero, y 16 de las 38 parábolas enseñan temas relacionados con las finanzas, porque Dios no quiere que seamos esclavos del dinero, sino que seamos buenos y fieles mayordomos de lo que el Señor ha confiado a cada uno de nosotros (Mateo 25:21).

Pensar en administrar el dinero y las posesiones materiales sin tener en cuenta lo que Dios nos enseña es la raíz de muchos dolores de cabeza, porque, cuando lo hacemos, negamos que Dios sea el dueño y Señor de todo lo que tenemos. Dios no exige que seamos millonarios, tampoco quiere que vivamos en la pobreza; lo que anhela es que vivamos libres del amor al dinero, fieles a Él y siendo excelentes en el cuidado del dinero para que este sea un instrumento de bendición para nuestras vidas, podamos disfrutarlo y además compartirlo con generosidad.

En los siguientes días aprenderemos principios financieros bíblicos que nos ayudarán a aprender a manejar las finanzas como un asunto espiritual y a disfrutarlas en orden y libertad.