DÍA 4: COMPROMISO

Si haces deporte, te habrás encontrado con frases como “a darlo todo”, “no te rindas”, “compromiso”, “sin dolor no hay victoria”. En un torneo, los competidores quieren darlo todo para ganar un premio. Lo que para nosotros como deportistas es “compromiso” y competitividad Pablo lo llama “fidelidad”.

Fidelidad y compromiso son equitativos en sus implicaciones. Se requiere decisión y dominio propio para resistir una carrera hasta el final cuando ya el cuerpo no puede más.

Comúnmente, vemos este versículo usado para hablar sobre la muerte, dado que un versículo antes el apóstol Pablo sabe que va a morir. Pero nos olvidamos casi por completo de la fidelidad de la cual él está hablando, como si fuera lo menos valioso o interesante de sus palabras. Sin embargo, lo que dice tiene mucho peso: él habla de haber sido fiel a Dios y sus principios sin importar que incluso eso nos provoque dolor corporal.

Si tomamos esto de manera literal, podríamos abrir camino a crear experiencias de dolor para, según esto, “ser fieles”, pero no es a lo que se refiere Pablo. En realidad, se trata de permanecer fiel a Dios y a Sus principios. Es algo que nace desde nuestros corazones. Desde adentro, se evidencia en nuestra forma de vida.

La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿Estamos permaneciendo fieles? Si sabes que has caído, siempre hay oportunidad para empezar nuevamente. Dios es experto en darnos oportunidades para que estemos cerca de Él, en Su camino.

La segunda pregunta es: ¿Qué es aquello que nos ha alejado de Dios? Si decidimos volver a Su camino, también debemos identificar aquello que nos separa de Él para tomar la decisión consciente de alejarnos de aquello que nos aleja de Dios.

• ¿Cómo podrías expresar tu fidelidad con Dios hoy?
• ¿Cómo podrías expresar tu fidelidad con Dios hacia los demás hoy?