Reflexiones Sobre La JusticiaMuestra

Durante uno de mis puestos en el ministerio, me informaron sobre una mujer de la iglesia. A pesar de haber oído varios relatos sobre su comportamiento, me di cuenta de que mi conocimiento de ella era superficial. No quería prejuzgarla, así que decidí escuchar su historia. Nuestra conversación me permitió comprender mejor su carácter y las experiencias que la habían convertido en la persona que era entonces.

Casos como este son demasiado comunes, no sólo en nuestras comunidades, sino incluso en nuestras iglesias. A menudo somos testigos de cómo se margina a las personas debido a nuestra limitada comprensión de ellas. Quizá nosotros mismos hemos sido juzgados injustamente.

Jesús establece un estándar muy alto a sus seguidores, recordándonos que debemos abstenernos de juzgar y adoptar la compasión, la gracia y la comprensión. Volvamos siempre a sus enseñanzas cuando nuestros pensamientos se vean nublados por el juicio, y en esos momentos reconozcamos con humildad nuestras propias imperfecciones.

Desafío: ¿Hay alguien en tu comunidad a quien podrías conocer mejor? Entabla una conversación con él o invítalo a tomar un té o un café.

Oración: Señor, que mi corazón y mi mente nunca se vean nublados por el juicio, y que mis palabras y acciones reflejen siempre tu amor, tu gracia y tu comprensión.