Siempre presente, siempre fiel

Se acercaba la Navidad, y mientras las calles se llenaban de luces y colores brillantes, Andrés no podía dejar de sentirse desconectado de la festividad. El año había sido especialmente difícil: perdió su empleo, atravesó problemas de salud, y las expectativas que había tenido para su vida parecían desmoronarse. En medio de la agitación, se acordó de lo que su abuela solía decirle: "Dios está presente en cada momento, aun cuando pensamos que se ha olvidado de nosotros".

Esas palabras comenzaron a resonar en su corazón mientras caminaba, recordándole que, aunque todo parecía oscuro, no estaba solo.

En el Evangelio de Lucas, encontramos una historia que refleja la fidelidad de Dios, incluso cuando las circunstancias parecen decir lo contrario. Zacarías y Elisabet, una pareja justa y fiel a Dios, habían sufrido por años la vergüenza y el dolor de no poder tener hijos. A pesar de ser personas de fe, la espera había sido larga y su esperanza comenzaba a desvanecerse. Ambos habían deseado profundamente tener un hijo, pero las puertas de la fertilidad permanecían cerradas. En la cultura de su tiempo, ser estéril era una carga social y espiritual.

La situación de Zacarías y Elisabet era más difícil aún porque Dios no se había comunicado con su pueblo durante 400 años. Este largo silencio, que parecía no tener fin, alimentó las dudas en el corazón de Zacarías. Cuando el ángel le anunció que, a pesar de su avanzada edad, él y Elisabet serían padres, Zacarías no pudo evitar dudar. ¿Cómo podía ser esto posible? La espera había sido tan larga, y Dios parecía tan distante. Sin embargo, en medio de su duda, Dios tenía un plan perfecto. El hijo que tendrían no solo traería alegría a su hogar, sino que sería el precursor del Mesías, el cumplimiento de una promesa que cambiaría la historia de la humanidad. Como se nos recuerda en Isaías 40:3-5, en medio de la oscuridad y el silencio, "se preparará en el desierto un camino para el Señor", y Su gloria se manifestará a todos. En esos momentos de silencio, cuando parece que Dios no habla, Él sigue obrando.

La historia de Zacarías y Elisabet es un testimonio de la fidelidad de Dios. Su plan no solo fue un regalo personal para ellos, sino que también fue una señal de que Dios estaba trabajando en lo más profundo de la historia de la humanidad.

La Navidad es el recordatorio de que Dios cumple Sus promesas. Aunque a veces parece que las respuestas no llegan o que el tiempo de espera se hace largo, Dios no se olvida de nosotros. En Mateo 11:13-14, Jesús confirma que lo que se había prometido, a través de los profetas, se estaba cumpliendo. Así como lo había prometido en Malaquías 4:5-6, Él enviaría a alguien que restaurara el corazón de los padres hacia los hijos y de los hijos hacia los padres, preparando el camino para Su llegada. Aunque mucho tiempo había pasado, Dios cumpliría Su promesa de enviar Su luz al mundo.

Aunque a veces parece que las respuestas no llegan o que el tiempo de espera se hace largo, Dios no se olvida de nosotros. No importa lo que estés atravesando este año, recuerda que Dios está trabajando, aun cuando pensamos que se ha olvidado de nosotros, y Su fidelidad nunca falla.

Oración:
Señor, gracias por Tu fidelidad que no depende de nuestras circunstancias. Gracias por recordar que, incluso en los momentos de espera y duda, Tu plan sigue en marcha. Ayúdanos a confiar en Ti y a esperar pacientemente, sabiendo que Tú estás obrando en lo más pequeño. Que esta Navidad podamos ver Tu luz brillando en nuestros corazones y en nuestras vidas. Amén.