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Ilumina La Navidad

DÍA 5 DE 6

Amanecer desde el espacio

Era la víspera de Navidad, y un astronauta flotaba en la estación espacial, observando el vasto espacio que se extendía ante él. Mientras la nave giraba lentamente, el planeta Tierra apareció en su campo de visión, envuelto en total oscuridad. Sabía que, en ese preciso momento, miles de personas en todo el mundo celebraban la Navidad, pero él se encontraba allí, lejos de casa, suspendido en la infinita quietud del cosmos.

De repente, comenzó a notar que la oscuridad en la parte inferior de la Tierra comenzaba a desvanecerse. El borde del planeta se iluminó gradualmente, como si la Tierra misma despertara de un profundo sueño. En cuestión de segundos, la oscuridad fue invadida por la luz del sol, revelando los continentes, los océanos y las ciudades que antes estaban cubiertos por la sombra. El astronauta observó en silencio cómo el amanecer comenzaba a pintar la Tierra de tonos dorados y naranjas, la luz extendiéndose lentamente a lo largo del horizonte. Era un espectáculo impresionante: un momento de belleza y de profunda paz.

Mientras veía este amanecer, el astronauta recordó la famosa profecía de Isaías que decía: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz” (Isaías 9:2). De manera tan palpable, como la luz del sol que disipaba la oscuridad de la Tierra, Jesús había venido al mundo como la luz que disiparía la oscuridad del pecado y la muerte. El sol de justicia había nacido, y al igual que el amanecer, Su luz iría alcanzando los rincones más oscuros de la humanidad.

En ese momento de reflexión, el astronauta sintió la calidez de esa luz, aunque aún estaba a millones de kilómetros de su hogar. En medio de la vastedad del espacio y la distancia que lo separaba de la Tierra, comprendió que la luz de Cristo no tiene fronteras. Así como la luz del sol llega a todos los rincones de la Tierra, el amor de Dios y la luz de Su Hijo alcanzan a todas las personas, sin importar cuán lejos estén, sin importar cuán oscuras sean sus circunstancias.

La Navidad, pensó, es más que solo una fecha. Es un recordatorio de cómo la luz de Jesús ha venido al mundo para disipar la oscuridad del pecado, la desesperanza y el sufrimiento. Al igual que el sol que ilumina la Tierra al amanecer, la luz de Cristo ilumina nuestro corazón, trayendo paz y redención.

El astronauta sonrió, mirando a su planeta, y en su corazón, encontró una paz inesperada. Aunque estaba lejos de su familia, comprendió que, al igual que el sol que sale cada mañana, la luz de Jesús nunca dejaría de brillar, trayendo esperanza a todos los rincones del mundo.

La Navidad nos recuerda que Jesús vino como el cumplimiento de las promesas de Dios, para ser la luz del mundo, una luz que no se apaga, que no conoce distancias ni barreras. Así como el sol ilumina la Tierra desde el espacio, la luz de Cristo ilumina nuestra vida, disipando la oscuridad del pecado y trayendo esperanza a todos.

Oración: Señor, gracias por enviar a Tu Hijo como la luz que ilumina nuestras vidas. Ayúdanos a recordar que, en medio de la oscuridad, siempre hay luz en Ti. En esta Navidad, te pedimos que esa luz brille más en nuestros corazones y que nos guíe hacia Ti. En el nombre de Jesús, amén.

Día 4Día 6

Acerca de este Plan

Ilumina La Navidad

Este plan de lectura te guía a través de las Escrituras para reflexionar sobre el significado profundo de la Navidad. Desde las antiguas profecías del Antiguo Testamento que anuncian la venida del Mesías, hasta el cumplimiento glorioso en el nacimiento de Jesús en el Nuevo Testamento, "Ilumina la Navidad" te ayudará a centrar tu corazón en el propósito redentor de Dios.

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Nos gustaría agradecer a Minería Bíblica por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/soyghinno/