El Dios de otros, el Dios tuyo...

Una de las glorias que el Señor le permite al hombre es que le conozcamos, pero no de conocerle de sólo saber quién es sino saber cómo es Él. Hace un poco tiempo nos enseñaban que hay una pequeña gran diferencia entre conocer de Dios y conocer a Dios, y este pasaje nos habla de esto

El conocerle fomenta nuestra identidad, y esa se forja en el conocimiento... como un niño que según algunas opiniones su identidad se va formando por lo que lo rodea, las personas, las experiencias, así nuestra identidad se va formando.

Rut 1:16 Pero Rut le respondió: «No insistas en que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, yo iré, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.

Rut la moabita, crecida en una lugar desechado por la ley, donde no eran cercanos a ser parte a lo que el Señor desarrollaba en Israel, se encuentra con una mujer que pasaba con un proceso, que venía huyendo de la crisis que había en Belén, y tal fue el amor, la fidelidad de ella a su suegra que en medio de su pérdida (pues su esposo había fallecido) decidió seguir al Dios de Noemí, el Dios que a pesar de los fracasos familiares, es el que te permite volver a empezar, a pesar de los errores y decisiones, nos permite regresar a la Casa del Pan, nos permite regresar a Belén.

El Dios de Noemí es el Dios que nos invita volver a empezar después de la tragedia, el Dios que restaura la pérdida, que, aunque la amargura quiso cambiar su identidad, ella volvió a su nombre, a su oficio...el Dios de Noemí que se volvió el Dios de Rut es el Dios que redime, que a los que no teníamos parte nos permite ser insertados, a los necios, inmorales y menospreciados nos hizo hijos, nos hizo parte de su genealogía...

Miremos algunos casos en la Escritura de personajes que se encontraron con Dios, y tuvieron esa experiencia de conocerle, y el Señor se volvió tan personal, que ya no era “el Dios” sino “mi Dios” y la misma Escritura describe: "El Dios de ...".

Hoy deseo que nos encontremos al Señor sea cual sea la situación en la que te encuentres y que como estos personajes nos acerquemos a Él encontrándonos a un Dios tan personal que se vuelva el Dios tuyo y el Dios mío.

El Dios de Abraham: El de los incapaces, que los hace capaces

Éxodo 3:6 Y añadió: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob». Entonces Moisés se cubrió el rostro, porque tenía temor de mirar a Dios.

Abram un hombre que habitaba en Ur de los caldeos, llamado a salir de su casa, llamado a dejar a sus padres y su parentela en pos del Señor que le recompensaría que una tierra y con una descendencia, su obediencia y su fe fue tal que es llamado amigo de Dios, llamado padre de la fe...

¿Será que nuestra fe nos permite confiar en el Señor, en Su Palabra aun cuando signifique dejar todo los que nos acomoda?

¿Dejaríamos el confort por una palabra del Señor?

Génesis 15:4 Pero la palabra del SEÑOR vino a él, diciendo: «Tu heredero no será este, sino uno que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero».

Como ya sabemos la historia, con el paso de los años y no pueden tener niños ,una esterilidad que nos les deja tener descendencia, y que hasta pensaba dejarle todo a su esclavo.

En la desesperación tiene un hijo donde no era, con su criada Agar... Y es que a veces buscamos acomodar las promesas del Señor a nuestras posibilidades, recibimos una palabra de prosperidad empezamos a hacer escenarios con el trabajo que tenemos, con el salario que tenemos... más ignoramos la mayoría de las veces que eso que tenemos en la mano, es el comienzo de su intervención. Que en las manos de los discípulos tras su voz... los 5 panes y los peces se multiplican.

Cuando Abraham recibe la promesa, ya tú y yo sabemos, sus dudas aparecen...

Pero el Señor, el Dios de Abraham, es el que hace capaz al que no lo era, de hacer padres a un par de viejitos, que de uno salieran millones... del que no podía, ahora pueda... del que no era, ahora lo es... ¡Dios es el Dios que de la nada hace TODO!

Ese es el Dios que conoció Abraham, y ese es el Dios que tú puede conocer hoy, el Dios que hace que lo que antes no podíamos, con Él, y en Su voluntad lo podamos lograr.