El Dios de Isaac: El que prospera en el desierto

Éxodo 3:6 Y añadió: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob». Entonces Moisés se cubrió el rostro, porque tenía temor de mirar a Dios.

Isaac, es el gozo de una promesa recibida. Isaac es aquel que ante su necesidad vio el sustento de parte de Dios, que desde niño conoció la sustitución de un cordero que había de venir y vino, que le fue provista esposa tal como a Cristo el Padre le mandó a buscar formada por el Espíritu.

¿No pasa que a veces pensamos que el recibir las promesas nos hace exento de pruebas?

La vida de Isaac fue probada al igual a la que su padre... una esposa estéril que se terminó cuando Isaac oró por ella. Hay esterilidades en nuestra vida que se terminan hasta que oramos.

¿Cuántas cosas no han terminado o cesado en nosotros porque no hemos orado?

Génesis 26:2-3 El SEÑOR se le apareció a Isaac y le dijo: «No desciendas a Egipto. Quédate en la tierra que Yo te diré. Reside en esta tierra y Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré contigo el juramento que juré a tu padre Abraham.

A Isaac le llega la crisis, y así, puede que llegue la crisis en algún punto de nuestras vidas, el mismo Señor Jesús lo menciona que en el mundo hay aflicción y que nosotros estamos en él, el ser cristiano no no has inmune a las pruebas, sino que garantiza la compañía de alguien más poderoso que ellas y que nos da la fortaleza para salir de ellas, y su nombre es Jesús. Isaac en esta crisis está cerca de tomar una decisión similar a su padre que descendió a Egipto, y en lo que está a punto de tomar esa decisión, el Señor le dice que se quede...

Hay crisis que son necesarias de pasar para que veamos su mano, sino pensaremos que fueron nuestras decisiones las que nos sacaron de ellas. Le dice “no te muevas” si el Señor te dice no te muevas, vas a ser prosperado por su mano...

Ahora, esa prosperidad no vino “mágicamente” vino con trabajo... debía de escarbar los pozos que su padre había dejado, incluso luchar por ellos. La prosperidad lleva trabajo, la recompensa lleva trabajo... entonces, ¿cuál es la diferencia con los de afuera? ¡El respaldo que llevará ese trabajo! Tendrás dificultad, sí, pero dijo Jesús en el mundo tendrán aflicción, pero no teman, ¡yo he vencido al mundo! Aún si poco, trabajemos, el Señor lo respaldará... vayamos a destapar los pozos... va a subir el agua, habrá prosperidad en el desierto.

Génesis 26:24-25 El SEÑOR se le apareció aquella misma noche y le dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham; No temas, porque Yo estoy contigo. Y te bendeciré y multiplicaré tu descendencia, Por amor de Mi siervo Abraham» Y allí Isaac construyó un altar e invocó el nombre del SEÑOR y plantó allí su tienda; y allí abrieron los siervos de Isaac un pozo.

El altar de Isaac trajo reconciliación con sus enemigos, la crisis en los pozos se termina con el altar, la gracia para con los demás vienen con el altar. Recordemos, no son nuestros buenos contactos, no son nuestras intenciones, es Su pacto con nosotros dado en un altar, lugar de sacrificio, ese altar en un monte que fue esa cruz y estableció su pacto con nosotros.