El Dios de los hebreos: El que llama a fiesta a los esclavos

Éxodo 5:1-3 Después Moisés y Aarón fueron y dijeron a Faraón: «Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Deja ir a Mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto”. Pero Faraón dijo: «¿Quién es el SEÑOR para que yo escuche Su voz y deje ir a Israel? No conozco al SEÑOR, y, además, no dejaré ir a Israel». «El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro», contestaron ellos. «Déjenos ir, le rogamos, camino de tres días al desierto para ofrecer sacrificios al SEÑOR nuestro Dios, no sea que venga sobre nosotros con pestilencia o con espada».

Moisés. Nacido israelita, pero crecido en Egipto, ¡qué curioso ver que el Señor elige a un Moisés para salvar a una generación o pueblo que no conocía! El salvado de las aguas va a salvar a otros por las aguas, nuestras crisis o pruebas, aunque no lo entendamos nos ayudarán no sólo a crecer en el Señor sino también servir a otros...

Un Moisés falto de capacidad para hablar, se volvió uno de los profetas más respetados por su pueblo. Un amigo de Dios, alguien con quien el Señor compartía secretos, pero en este comienzo de Moisés me llama la atención que no llama al Señor mi Dios... sino el Dios de los hebreos...

El Dios de los que estaban oprimidos, esclavizados limitados y hasta explotados, el Dios que iba a mostrar su brazo desnudo en ayuda de su pueblo...

Aquí, Moisés por mandato del Señor le dice que es tiempo de fiesta...

Fiesta antes de la libertad...

Fiesta antes de vivir la promesa...

Fiesta de la expectativa...

El Dios de los hebreos es aquel mismo que hizo fiesta e invitó a los cojos, a los mancos, a los enfermos, a los que no tenía un valor para que tuviésemos comunión con él en la mesa. El Dios de los hebreos es aquel que te capacita... que te ayuda a administrar, que nos ayuda a ejercer nuestra comisión... El Dios de los hebreos es el que muestra su gloria en el desierto y te satisface en tu necesidad, hasta en nuestras quejas...

El Dios de los hebreos que nos hace ver la tierra prometida. El Dios de los hebreos es el que elige al pequeño para mostrar su grandeza.