Conociendo a un Dios PersonalMuestra
El Dios de tu padre David: Salomón: El que elige al menospreciado
1 crónicas 28:9: En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si lo buscas, Él te dejará que lo encuentres; pero si lo abandonas, Él te rechazará para siempre.
Salomón está recibiendo el reino, y se siente incapaz, incapaz de recibir tal responsabilidad, y el mismo David su padre le está dando sus últimas palabras, el mismo David que fue menospreciado, también considerado como incapaz en el algunas ocasiones, menospreciado por su mismo padre al no presentarlo para ser ungido ante la visita de Samuel...
Menospreciado por Goliat, sus enemigos sin tomarlo en cuenta...
Menospreciado por su esposa más adelante...
Menospreciado en ocasiones por gente de su pueblo...
El Dios David es aquel que salió a la batalla a enfrentar al Goliat que representaba a la muerte y venció para que yo pudiese celebrar su victoria. El Dios de David es aquel que nos hace misericordia y a pesar del caminar nos hace sentar en su mesa, para que más adelante tengamos misericordia de quienes también no puede caminar como Mefiboset. El Dios de David es aquel que en las cuevas de la soledad nos convierte en valientes. El Dios de David es que nos levanta del polvo si hemos caído... nos sienta en mesa de príncipes... nos da un lugar que no merecemos y nos hace como Él...
El Dios de David es el que pelea conmigo en lo secreto ante el oso y el león, y que en las luchas internas nos perfecciona. El Dios de David es que se deja encontrar si le buscamos... el que ve nuestro corazón... y el que conoce nuestros pensamientos...
El Dios de Elías: El que abre las aguas
2 Reyes 2:14 Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: «¿Dónde está el SEÑOR, el Dios de Elías?». Y cuando él golpeó también las aguas, estas se dividieron a uno y a otro lado, y Eliseo pasó.
Eliseo viene de recibir un manto nuevo, un manto que él mismo pidió. Ya tiene en sus manos aquello que había esperado, por lo cual había permanecido. Ahora, ¿qué hacemos nosotros con el manto recibido? ¿Qué hacemos con la promesa cumplida?
Estás en una nueva dimensión, la nueva dimensión que se nos dijo por mucho tiempo... ¿y ahora?
Ahora nos toca entrar, ¡nos toca accionar!..
El “Donde está el Dios de Elías” de Eliseo me parece un grito de acción, un grito de ahora voy a entrar. El Dios de Elías es el que te abre las aguas ante los nuevos retos, el que parte las aguas para que pases...
El Dios que te recompensa tras tu permanencia... el que no olvida tu servicio ...
El Dios de Elías es el Dios que nos sacia de harina y aceite cuando parece no haber...
Que dicho sea de paso, viene la harina y el aceite... pero a nosotros nos toca hacer el pan. El Dios de Elías es el que nos va a buscar a la cueva y con silbo apacible nos hace caminar de nuevo...
El Dios de Sadrac, Mesac y Abed Nego: El que está conmigo en el horno
Daniel 3:28: Entonces Nabucodonosor dijo: «Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed Nego que ha enviado a Su ángel y ha librado a Sus siervos que, confiando en Él, desobedecieron la orden del rey y entregaron sus cuerpos antes de servir y adorar a ningún otro dios excepto a su Dios.
Esta es una historia bien conocida, una orden se había dado... una orden el rey había dado para que al sonar de ciertos instrumentos la gente se inclinase a la estatua que Nabucodonosor había levantado. Estos tres jóvenes fieles al Señor decidieron no hacerlo... hay cosas hoy en día que el sistema nos pide que nos inclinemos.
El Dios de Sadrac Mesac y Abed nego, es el Dios que está conmigo en la prueba, el Dios que no deja que me queme. Bien dice la Escritura: “Andarás por el fuego.. pero no te vas a quemar...". El fuego de la prueba no te va a consumir.. parecería pero no lo logrará...
El Dios de Sadrac es el Dios que honra tu fe... es el Dios que en la soledad de tu angustia ahí está con nosotros.
Acerca de este Plan
Jeremías 9:24 Pero si alguien se gloría, gloríese de esto: De que me entiende y me conoce... Una de las glorias que el Señor le permite al hombre es que le conozcamos, pero no de conocerle de sólo saber quién es sino saber cómo es Él. Hay una pequeña gran diferencia entre conocer de Dios y conocer a Dios, y este plan anhela hablar de esto. De conocer al Señor de una manera tan personal que no sólo sea Dios, sino tú y nuestro Dios.
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Nos gustaría agradecer a Piedra sobre Piedra Podcast por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://podcasters.spotify.com/pod/show/juan-l-sarmiento