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¿Qué es la Iglesia? ¿Cómo vivo para Cristo?

La Iglesia: El cuerpo de Cristo

Leer: 1 Corintios 12:12-27; Efesios 1:22-23

EOAO: 1 Corintios 12:27; Efesios 1:22-23

“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (1 Corintios 12:27).

“Y sometió todas las cosas bajo sus pies,y lo puso como cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo" (Efesios 1:22-23).

En el Texto

Cuando llegamos a la fe en Jesús, no estamos destinados a vivir la vida en aislamiento o con una mentalidad de “Jesús y yo”. En cambio, somos introducidos a la familia de Dios. Aunque esta familia está formada por todos los creyentes que han sido salvos por la fe a lo largo de todos los tiempos, también tenemos acceso a la familia de Dios aquí y ahora a través de la iglesia.

Jesús, como parte del Dios Trino comunitario, nos dejó los medios para permanecer en comunidad con otros creyentes. En las Escrituras, a veces vemos que la iglesia se menciona como el cuerpo de Cristo. 1 Corintios 12 nos recuerda que todos somos partes integrales del cuerpo de Cristo, trabajando juntos para reflejarlo al mundo.

Ser parte del cuerpo de Cristo significa que cada uno de nosotros tiene un papel único que desempeñar. Dios nos ha dado a cada uno dones y talentos específicos para que los usemos para Su gloria. No estamos llamados a hacerlo todo, pero todos estamos llamados a contribuir de la manera en que Él nos ha equipado.

Cuando trabajamos juntos como el cuerpo de Cristo, podemos tener un mayor impacto. Cada miembro, al funcionar en el papel que Dios le ha dado, contribuye a la salud y la eficacia de todo el cuerpo. Este esfuerzo colaborativo no solo trae gloria a Dios, sino que también demuestra Su amor y Su verdad al mundo.

Ya sea que nuestros dones sean enseñar, servir, alentar, dar, guiar o mostrar misericordia, cada contribución es valiosa. Nuestra unidad en nuestros diversos dones muestra la belleza del diseño de Dios para Su iglesia. Esta colaboración nos permite lograr más de lo que podríamos lograr individualmente y fortalece el cuerpo de Cristo.

Oración

Querido Jesús, gracias por hacerme parte del cuerpo de Cristo. Ayúdame a reconocer y usar los dones que me has dado para servirte a ti y a los demás. Enséñame a trabajar en unidad con los demás para que pueda tener un mayor impacto en tu reino. En tu nombre, amén.