No Te Pierdas en Tus Emociones- La Metáfora Del BosqueMuestra

ELEGIR EL NORTE CORRECTO
Los seres humanos tenemos la constante inclinación a equivocar el norte. No de balde, “pecado” significa, precisamente, “errar al blanco”, y esto es interesantísimo para lo que estamos considerando respecto al buen o mal uso de las emociones.
Todos, en estado de salud, venimos dotados de un sistema de reacción ante lo que pasa fuera y dentro de nosotros. Eventos y circunstancias que nos mueven a una interpretación de lo que vemos, escuchamos, palpamos... para, de forma a veces invasiva y casi violenta, ponernos en movimiento.
Antes de que nos hayamos dado cuenta, nuestras emociones se han activado cual reflejo, y nos urgen a actuar, a veces bien y otras mal... porque pasan por nuestro filtro humano, imperfecto, y dependiendo de cuán alineado esté este con el Creador, dependerá todo lo que suceda después.
Las emociones apuntan siempre a alguna parte (puedes buscar fuera y dentro para encontrar respuestas), y quizá tengas la tentación frecuentemente, como yo, de dejarte llevar por ellas, como si fueran una flecha indiscutible que apunta al norte. La cuestión es, ¿son realmente las emociones una brújula de la que me pueda fiar?
Ahora bien, y por otro lado, ¿conviene no preguntarse por qué saltan como un muelle? Sabemos que el corazón de las personas es engañoso, sin duda, y posiblemente a esa verdad nos hemos acogido demasiadas veces como para no explorar el tema de las emociones. Sin embargo, lo hacemos ignorando que “corazón”, en la Biblia, es mucho más que nuestros sentimientos. Tiene que ver con todo lo que somos en lo profundo, nuestro fondo, inclinaciones, perspectivas, deseos, voluntad y razonamientos, que están entenebrecidos igualmente.
Las emociones no son el norte, entonces, pero cuentan cosas que deberíamos traer a conversación con el Creador, para saber qué piensa Él, y hacia dónde debemos dirigirnos. Preguntarnos hacia dónde apuntan esas pistas que las emociones están señalando, y poner nuestra mente, con Su guía, a analizar que está pasando fuera y dentro para que esto suceda.
Dios marca nuestro norte, el lugar donde puede irnos bien, de eso no hay duda, y este se escribiría con mayúsculas. Allí es donde florecemos, porque Él sabe lo que nos conviene. Él bendice que le demos oído a su voz sobre nuestro propio diálogo interno, porque nuestra oscuridad nos confunde. Pero, a la vez, las emociones bajo su control afinan nuestro oído también hacia lo que Él tiene que decirnos.
Acerca de este Plan

En pocos espacios de conversación y debate se ha desatendido tanto el tema de las emociones como entre nosotros, los cristianos. No hemos sabido estudiarlas, entenderlas, ni encontrar qué nos dice Dios a través de las Escrituras sobre ese regalo suyo para cada ser humano. Quizá es momento de empezar a cambiar esto. ¿Comenzamos?
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: linktr.ee/LIDIAMARTINPSICOLOGA
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