Principios para cultivar actitudes en pro de la unidad del cuerpo de CristoMuestra

1. Principio de la libertad vs la responsabilidad – Parte I

En Juan 8:36 el Señor declara: “Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Jesucristo nos hizo libres del pecado, libres también del legalismo de la ley (libre de trabas religiosas). Ahora, ¿cómo usar esa libertad? Pablo les decía a los Gálatas: “…a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13). Tenemos libertad de servirnos en amor los unos a los otros. Este pasaje también aclara que la libertad no debe utilizarse como ocasión para la carne, lo cual indica que el ejercicio de la libertad no está divorciado de la responsabilidad; más aún en el marco del cuerpo de Cristo.

Como miembros del cuerpo de Cristo tenemos una relación sistémica con el resto de los miembros. Nuestras acciones afectan positiva o negativamente a los otros miembros. De allí que aún cuando tenemos libertad para decidir, no somos totalmente libres de hacer. En Cristo la libertad no significa independencia absoluta para hacer lo que se nos antoje. Los límites de mi libertad en Cristo, están delimitados por mi responsabilidad como miembro del cuerpo de Cristo. Pablo les decía a los Corintios (1 Cor. 8:9): “Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles”.

Mi libertad en Cristo está restringida por mi responsabilidad para con los otros miembros del cuerpo de Cristo; lo cual puede implicar abstenerme de determinadas conductas o hábitos, que explícitamente no sean pecado, sobre los cuales yo no tengo motivos de conciencia, pero que pueden hacer pecar o servir de tropiezo a mi hermano en la fe.