Aprendiendo a pedir a DiosMuestra

Para orar conforme a la voluntad de Dios, necesitamos permanecer en Él

1 Juan 5:14-15 nos dice: Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. 

Ahora, si es vital orar conforme a la voluntad de Dios para obtener nuestras peticiones, necesitamos saber cómo orar conforme a la voluntad de Dios.  Y la respuesta para orar conforme a la voluntad de Dios es andar conforme a su voluntad, y eso se consigue cuando permanecemos en Él y, como consecuencia, actuamos conforme a su voluntad. Juan 9:31 confirma esta verdad: Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ese oye. El secreto, pues, de orar conforme a la voluntad de Dios, es caminar en su voluntad. 

Pero para caminar en la voluntad de Dios necesitamos aprender a andar en Él, y así pedir en la confianza de que recibiremos de Dios lo que pedimos. Jesús dijo: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho (Juan 15:7). Jesus declara que cuando permanecemos en Él, nuestra voluntad se alineará más a su voluntad, y podemos pedir lo que anhelemos, y cada vez más estaremos pidiendo conforme a su voluntad. Entonces, nuestras oraciones serán contestadas. Cuando oramos por las promesas de Dios conforme a su voluntad, tenemos la confianza y, por lo tanto, oramos con una fe genuina y precisa.

Ahora, para permanecer en Él necesitamos meditar en Él, pasar tiempo con Él (mediante la oración y la lectura y meditación de la palabra de Dios), además de vivir conforme a su palabra.  También implica andar en su amor (Juan 15:9), lo cual va unido a andar en obediencia a Él (Juan 15:10)

Las oraciones más poderosas en la Biblia son siempre las que se basan en el entendimiento de la voluntad de Dios. Esto muestra nuestra voluntad alineada a la de Él, nuestra dependencia de Él, y que tomamos su palabra en serio.

Sólo cuando aprendemos que lo que estamos buscando es precisamente lo que Dios nos ha prometido en su palabra, las dudas se disipan y la fe se hace realidad. Hasta que no conozcamos cuál es la voluntad de Dios, no tendremos nada en que basar nuestra fe. La fe que se apropia de las bendiciones que Dios nos ha prometido, es el resultado de conocer y actuar de acuerdo con voluntad de Dios revelada en su palabra.