Aprendiendo a pedir a DiosMuestra

Orando conforme a la voluntad de Dios

Y esta es la confianza que tenemos en Él, que sí pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. 1 Juan 5:14-15

¿Cómo deberíamos orar? ¿Qué deberíamos pedir?

El poder de la oración no depende en qué tan hábiles seamos para orar, de lo elocuente que seamos; sino de quien es el que está escuchando nuestra oración. No oramos para impresionar a Dios, o para informarlo, ni mucho menos para instruirlo, pues Dios todo lo sabe.

Dios quiere que pidamos cualquier cosa en oración. Esto no implica que cualquier cosa que pidamos nos será dada, pero cualquier cosa en el sentido de que debemos orar por todo. Dios tiene interés en nuestra vida completa, y nada es demasiado grande o pequeño para orar.

La clave en la oración es orar conforme a la voluntad de Dios

El apóstol Juan dice que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. En esto vemos el propósito de la oración y el secreto del poder en la oración: pedir. Pero pedir cualquier cosa conforme a su voluntad; y una vez habiendo pedido, tener la seguridad de que Él nos oye.

Ahora, ¿cómo podemos pedir lo que está dentro de la voluntad de Dios? Esa pregunta tiene una única respuesta: Viviendo dentro de su voluntad.

Dios quiere que pidamos conforme a su voluntad 

Dios quiere que nos centremos en su voluntad y no en la nuestra, porque quiere que vivamos por Él y para Él. Y a nosotros nos conviene porque su voluntad es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).

Si bien Dios no necesita de nuestras oraciones para hacer su voluntad, pues Él es Soberano y Todopoderoso para hacer su voluntad. Él llevará a cabo su voluntad con o sin nuestras oraciones. Pero Dios quiere que aceptemos, discernamos y nos alineemos a su voluntad, que oremos y participemos para que su voluntad sea puesta en acción. 

Entonces, pidamos, busquemos y llamemos a Dios teniendo como norte su voluntad, que es agradable y perfecta (Romanos 12:2).