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Aprendiendo a pedir a Dios

DÍA 3 DE 10

Para recibir de Dios debemos pedir

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. Mateo 7:7-8

Podríamos afirmar que es una ley espiritual que Dios no da a menos que se lo pidamos. Si poseemos poco de Dios y de su reino, es casi seguro que hemos pedido poco. Charles Spurgeon lo expresa en forma elocuente: “Recuerde este texto: Jehová dice a su propio Hijo: Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Si el Hijo de Dios no puede ser eximido de la regla de pedir para tener, nosotros no podemos esperar que la regla se relaje a nuestro favor. ¿Por qué debería ser así?”.

Y agrega el mismo Spurgeon: “Si podéis tener todo pidiendo, y nada sin pedir, os ruego que veáis lo absolutamente vital que es la oración, y os suplico que abundéis en ella […]. ¿Sabéis, hermanos, qué grandes cosas se pueden tener por el hecho de pedir? ¿Habéis pensado alguna vez en ello? ¿No os estimula a orar con fervor? Todo el cielo está al alcance del que pide; todas las promesas de Dios son ricas e inagotables, y su cumplimiento se obtiene con la oración”. 

En verdad Dios conoce las necesidades de sus hijos, pues Él es omnisciente y omnipresente. Pero a pesar de esa realidad, la palabra de Dios nos exhorta a pedirle a Dios, a buscarle y llamar ante su puerta.

Pedir es fundamental en la oración. Él deseo de Dios es concedernos los anhelos de nuestro corazón, pero requiere que le pidamos. Así está dispuesta la economía de Dios. Pero la oración es más que presentar peticiones a Dios, implica buscar que su voluntad guíe nuestras súplicas. 


Escrituras

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

Aprendiendo a pedir a Dios

¿Quiere Dios que acudamos a Él pidiendo por nuestras necesidades? ¿Nos inquiere Dios para que acudamos a Él en oración con la actitud y la intención de pedir? Él deseo de Dios es concedernos los anhelos de nuestro corazón, pero requiere que le pidamos. Así está dispuesta la economía de Dios.

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite:  https://vidaefectiva.com/