Aprendiendo a pedir a DiosMuestra

Pedir en el nombre de Cristo

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Jesús explica con más detalle cómo es que serán posibles mayores obras para sus seguidores. Serán posibles porque Jesús haría su obra a través de su pueblo que oraba, que pedía y actuaba en su nombre. Él prometió hacer todo lo que sus seguidores que confiaban en Él le pidieran en su nombre; esto es, según su carácter y autoridad.

Hay un mérito en el nombre de Jesús, en virtud de la obra expiatoria y redentora que Él llevó a cabo. Y Jesús en virtud de su obra fue exaltado y se le dio un nombre que es sobre todo nombre:” …Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” (Filipenses 2:7-9). 

En su nombre no es un simple oráculo o frase mágica. En su nombre habla de un respaldo (con la autoridad y poder de Dios) y de una limitación (las peticiones deben ir de acuerdo con el carácter del nombre). Venimos a Dios en el nombre de Jesús, no en el nuestro.

“Pedir en su nombre o hacer algo en su nombre habla de una unidad de mente con la suya, una unidad de objetivo y de motivo” (Trench). En su nombre comparte una identidad con Jesús. El orar genuinamente en el nombre de Jesús y para su gloria es lo que importa, no el añadir ciertas palabras al final de la oración.

Orar en el nombre de Jesús también comparte orar en una autoridad. Orar en el nombre de Jesús significa orar con su autoridad. El nombre y la persona de Jesús conlleva autoridad. De allí el énfasis de la palabra de Dios de obrar en todo en la vida cristiana en el nombre y la autoridad de Cristo. “Y todo lo que hagan, ya sea en palabras u obras, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús” (Colosenses 3:17). Hacer todas las cosas en el nombre de Jesús trae bendición, suceden cosas extraordinarias.

También implica orar en conformidad al carácter de Jesús, en virtud que nos identificamos con su carácter y testimonio.