Evidencia del EspírituMuestra

Paz

¿Tienes alguna “mamá del drama” en tu vida? ¿Sabes quiénes son? Prosperan en la tensión y el conflicto. Les encantan los chismes (rebautizándolos como "noticias sobre amigos"). Obtienen energía de discusiones y peleas. Tal vez, dado que ellos mismos son infelices, con egoísmo quieren arrastrar a otros a su pantano de negatividad.

No es difícil prosperar en el conflicto, simplemente ríndete a la atracción del diablo. Discutir puede ser divertido en cierto modo: hay una gran carga de adrenalina y te sientes vivo. Te sientes moral o intelectualmente superior a otra persona. Si tuviste la previsión de reclutar porristas por adelantado, tienes un grupo con el que repetir el conflicto, anotar victorias y recapitular tus mejores líneas. Pero ninguna de estas cosas trae felicidad, ninguna construye verdaderas amistades, y ninguna de ellas proviene del Espíritu.

¿Sabes por qué no? Porque: “el fruto del Espíritu es . . . paz” (Gálatas 5:22). El Espíritu de Dios nos enseña un conjunto completamente nuevo de comportamientos: desactivar en lugar de intensificar la tensión; escuchar primero, escuchar de nuevo y hablar después y pensar lo mejor de las personas hasta que se demuestre lo contrario, buscar cosas para alabar en las personas en lugar de ridiculizarlas, encontrar más alegría en reconciliar a dos personas que en provocar y disfrutar de una pelea, elegir ser genuinamente feliz por los logros de otras personas.

Si Cristo es el Príncipe de la paz, entonces supongo que Sus seguidores deberían esforzarse por ser duques y duquesas de la paz.