El anuncio a María

¡Vaya anuncio que le fue dado a María! ¡En ella se cumpliría la profecía del nacimiento virginal! María era una joven virgen y comprometida. No puedo imaginarme cómo habría reaccionado yo al escuchar tales noticias. Pero ella, desde antes de que comenzara la conversación con el ángel, ya demostraba un espíritu humilde al asombrarse de que la llamara “muy favorecida” delante de Dios.

El ángel Gabriel le anuncia que, por medio del Espíritu Santo, ella concebiría y criaría al Hijo de Dios, y le da la instrucción de ponerle por nombre Jesús, el cual significa “salvador”. ¡Me maravillan estos detalles! Aún en este anuncio se da a conocer la obra de Cristo. Su nombre ya cargaba con el significado de su venida.

María, confundida pero no incrédula, responde: “¿Cómo podrá suceder esto, puesto que soy virgen?”. El ángel le responde: “Será por medio del Espíritu Santo, porque para Dios no hay nada imposible". Y la respuesta inmediata de María fue de completa fe y sumisión: “He aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme tu palabra".

Podemos ver en María un ejemplo hermoso de fe. Su Magnificat(v. 46-55) demuestra que ella era una fiel creyente que conocía las Escrituras y esperaba por el cumplimiento de la venida del Salvador. Este milagro que ella viviría demuestra un principio sumamente importante: la salvación le pertenece a Dios y no al hombre. Dios usaría a esta mujer, pero ella solo tenía que confiar en que el plan redentor sería ejecutado por Dios mismo.

¡Qué alegría! ¡La profecía del nacimiento virginal estaba por cumplirse, la venida de nuestro Dios ya estaba más cerca!

ORACIÓN
Dios, te damos gracias por el nacimiento de nuestro salvador. Gracias por despojarte de los tesoros y riquezas del cielo para venir a rescatarnos. Dios, te pedimos que nos ayudes a tener un espíritu humilde. Te pedimos que nos ayudes a tener fe aún cuando tus planes parecen imposibles para nosotros. Por favor, ayúdanos a no perder el asombro del nacimiento de tu Hijo. Amén.