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Jesucristo: La segunda venida

Leer: Isaias 25:8-9; Apocalipsis 1:7

EOAO: Isaias 25:8-9; Apocalipsis 1:7

“Destruirá a la muerte para siempre, y enjugará el Señor las lágrimas de todos los rostros y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque el Señor lo ha dicho. Se dirá en aquel día: «¡He aquí, este es nuestro Dios! Le hemos esperado, y nos salvará. ¡Este es el Señor, a quien hemos esperado! Nos gozaremos" (Isaías 25:8-9).

“(He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén)” (Apocalipsis 1:7).

En el texto

La Segunda Venida de Cristo es un faro de esperanza para los creyentes, iluminando el camino a través de las pruebas y tribulaciones de este mundo. Isaías 25:8-9 proporciona una hermosa visión de esta promesa donde un día estaremos con nuestro Salvador por los siglos de los siglos. No habrá más dolor, tristeza ni lágrimas. Todo será hecho nuevo y correcto mientras vivamos en el reino perfecto de Dios.

Este próximo evento nos asegura que la muerte no tiene la última palabra. Jesús regresará, estableciendo Su reino eterno y trayendo resurrección y justicia perfecta (Apocalipsis 1:7).

Aunque no sabemos cuándo sucederá esto y no podemos predecir el momento, podemos confiar en que todas las promesas de Dios son verdaderas y seguras.

Nuestra esperanza está firmemente arraigada en la certeza del regreso de Jesús. Mientras esperamos, estamos llenos de anticipación y disposición (Tito 2:13). Esperamos no sólo el reino que Él establecerá sino también estar con el Rey mismo.

Anticipar el regreso de Cristo debería influir en nuestra vida diaria. Cada momento tiene un significado eterno. Nuestras oraciones, obra en el reino y evangelización son parte integral del plan de Dios para ese día glorioso. Mientras anhelamos Su regreso, nuestras acciones y fidelidad son cruciales para desarrollar nuestra perseverancia hasta Su venida.

Oración

Querido Jesús, gracias por la promesa de tu regreso. Ayúdame a vivir con ansia por ese día, haciendo que cada momento cuente para tu reino. Fortalece mi fe y lléname de esperanza mientras espero en ti. En tu nombre, amén.