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La salvación: La Gracia

Leer: Efesios 2:4-10; Tito 2:11

EOAO: Efesios 2:8-9; Tito 2:11

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no procede de vosotros, sino que es don de Dios. No es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie” (Efesios 2:8-9).

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres" (Tito 2:11)

En el texto

La gracia es una de las características del carácter de Dios y es parte integral de la salvación. Efesios 2:8-9 revela que nuestra salvación es un regalo de Dios, no algo que podamos ganar mediante nuestros esfuerzos o buenas obras. La gracia es el favor inmerecido de Dios, que nos concede generosamente a pesar de nuestros defectos.

La gracia de Dios significa que venimos ante Él sin nada que ofrecer a cambio de nuestra salvación. Nuestros mejores esfuerzos no alcanzan su estándar perfecto. Sin embargo, Él nos extiende Su gracia libremente, invitándonos a descansar en Su misericordia. Esta gracia, encarnada en Jesucristo, está disponible para todos, invitándonos a una relación correcta con nuestro Creador.

Abrazar la gracia transforma nuestra comprensión de la salvación. Cambia nuestro enfoque de nuestras acciones a lo que Dios ya ha logrado a través de Jesús. Su muerte sacrificial y resurrección es:

• La máxima expresión de la gracia de Dios.
• El acceso al perdón y la reconciliación.
• La promesa de la vida eterna.

Esta gracia no es un evento único sino una fuente continua de fortaleza y renovación en nuestra vida diaria.

Vivir bajo la gracia significa reconocer que Dios nos ama y nos acepta, no por lo que hacemos, sino por quién es Él. También significa que podemos confiar en Él por su ayuda misericordiosa en todo lo que necesitamos hoy y en el futuro. Dado que Él nos salvó por gracia, también nos dará todo lo que necesitamos para vivir para Él: por gracia. La gracia también nos obliga a extender este favor inmerecido a los demás. Así como hemos recibido la gracia de Dios, estamos llamados a mostrar gracia a quienes nos rodean, ofreciendo perdón, paciencia y amor incondicional.

Oración

Querido Jesús, gracias por el precioso don de tu gracia que trae la salvación. Por favor, ayúdame a aceptar plenamente este favor inmerecido y a vivir en la libertad y la alegría que proporciona. Que pueda extender gracia a los demás, reflejando tu amor y misericordia en todo lo que hago. En tu nombre, amén.