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La salvación: El arrepentimiento

Leer: Hechos 3:19-20; 2 Pedro 3:9

EOAO: Hechos 3:19-20; 2 Pedro 3:9

“Así que arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan tiempos de consuelo procedentes del Señor y os envíe a Cristo Jesús, que ya os fue anunciado" (Hechos 3:19-20).

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3:9).

En el texto

El arrepentimiento es una de esas palabras de la iglesia que escuchamos con frecuencia pero que tal vez no comprendemos completamente. Esta poderosa directiva nos llama a dejar atrás nuestros pecados y abrazar una vida renovada en Cristo. Es la imagen de ir hacia un objeto, detenerse, darse la vuelta y correr en la dirección opuesta.

El arrepentimiento va más allá del mero dolor por nuestras malas acciones. Abarca un remordimiento profundo y sentido por habernos distanciado de Dios. Este arrepentimiento genuino implica una admisión honesta de nuestros pecados sin ningún intento de justificarlos o excusarlos. La sincera súplica de David en el Salmo 51 hace eco de un anhelo sincero de perdón y restauración, recordándonos la importancia de presentarnos ante Dios con un corazón humilde y contrito.

Es entonces cuando huimos del pecado que hemos cometido y corremos hacia la vida, la verdad y la libertad de Jesús.

En 2 Pedro 3:9, se nos asegura la paciencia de Dios y su deseo de que todos lleguen al arrepentimiento. Cuando nos acercamos a Dios con verdadero arrepentimiento, Él promete perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).

El arrepentimiento es uno de los primeros pasos de la salvación, pero también es una postura continua del corazón. A medida que crecemos en nuestra fe, nos volvemos más conscientes de nuestros pecados y de nuestra necesidad de la gracia de Dios. Este proceso continuo de arrepentimiento fomenta el crecimiento espiritual y profundiza nuestra relación con Dios.

El arrepentimiento levanta el peso del pecado, trae paz a nuestros corazones y renueva nuestro espíritu. Allana el camino para que Dios obre más plenamente en nuestras vidas, transformándonos a la semejanza de Cristo.

Oración

Querido Jesús, gracias por tu paciencia y tu deseo de que llegue al arrepentimiento. Ayúdame a alejarme del pecado y a acudir a ti con sinceridad. Perdóname, límpiame y restáurame a la comunión contigo. Que mi vida esté marcada por el arrepentimiento y la transformación continuos. En tu nombre, amén.