Fundamento FirmeMuestra

Salvación: Santificación

Leer: 1 Tesalonicenses 4:1-8; Hebreos 10:14-18

OEAO: 1 Tesalonicenses 4:1-8; Hebreos 10:14

“Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” (1 Tesalonicenses 4:3).

“Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados" (Hebreos 10:14).

En el Texto

El siguiente componente de la salvación es la santificación. La santificación es un proceso que dura toda la vida a través del cual Dios nos moldea para ser más como Jesús. Esta obra transformadora comienza en el momento de nuestra salvación y continúa a medida que caminamos diariamente con Él.

Así como la justificación es una obra de la gracia de Dios, también lo es la santificación. A medida que leemos la Palabra de Dios y nos sumergimos en Su verdad, el Espíritu Santo nos ayuda a comenzar a despojarnos de hábitos y actitudes pecaminosas, reflejando gradualmente más el carácter de Jesús.

Nuestro camino hacia la santificación no se trata de ganarnos la aprobación de Dios, sino que es una respuesta a su inmenso amor por nosotros. Nuestra obediencia surge de este amor y tiene como objetivo glorificarlo (Marcos 12:30). A medida que crecemos en la santificación, nos volvemos más conscientes de la santidad de Dios y de nuestra necesidad de su gracia. Esta creciente conciencia nos impulsa a confiar en su fuerza mientras buscamos vivir en obediencia en todos los aspectos de nuestra vida.

Amar a Cristo nos motiva a rechazar el pecado y seguir sus mandamientos. El Espíritu nos capacita para vivir de una manera que se alinee con nuestra identidad en Cristo y nuestro compromiso con sus enseñanzas.

Si bien la santificación completa y la liberación del pecado solo se harán realidad cuando veamos a Jesús cara a cara, lo que también se conoce como glorificación, nuestro camino actual hacia la santidad es crucial. Filipenses 1:6 nos asegura que Dios seguirá trabajando en nosotros y no nos abandonará hasta que su obra esté completa.

Oración

Querido Jesús, gracias por la obra continua de santificación en mi vida. Ayúdame a crecer en santidad y a reflejar tu carácter en todo lo que hago. Dame poder por medio de tu Espíritu para dejar de lado el pecado y andar en obediencia a tu Palabra. En tu nombre, amén.