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¿Quién es el Espíritu Santo?/ ¿Qué es la salvación?

El Espíritu Santo: La morada del Espíritu Santo

Leer: 1 Corintios 6:19-20; Romanos 8:15-17

EOAO: 1 Corintios 6:19-20; Romanos 8:15-17

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que habéis recibido de Dios y que está en vosotros, y que ya no sois dueños de vosotros mismos. Pues por un precio habéis sido comprados. Por tanto, glori!cad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, que son de Dios" (1 Corintios 6:19-20).

“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud que os haga caer otra vez en el temor,* sino que habéis recibido el Espíritu de hijos adoptivos, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre!».* El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.Y si hijos, también herederos;* ciertamente herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glori!cados" (Romanos 8:15-17).

En el texto

Cuando abrazamos la fe en Jesucristo, Él nos otorga el Espíritu Santo, que reside dentro de nosotros. Este don profundo significa una unión permanente con Jesús, ya que Él y el Espíritu Santo son uno como parte del Dios Trino.

El Espíritu Santo que mora en nosotros trae transformación. Las garras del pecado ya no nos atrapan; en cambio, nuestros nuevos corazones son liberados y revitalizados en Cristo. Nuestros cuerpos se convierten en santuarios para la gloria de Dios, un testimonio de Su obra redentora dentro de nosotros.

Además, la presencia del Espíritu Santo es el sello de nuestra adopción en la familia de Dios. Nada ni nadie podrá arrebatarnos de las manos de Dios. Esto no significa que tengamos licencia para vivir como mejor nos parezca. Más bien, nuestros corazones pueden caminar según el camino de Dios con la ayuda del poder interior del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo nos convence de pecado y gradualmente nos transforma a la semejanza de Cristo y al mismo tiempo nos da dones únicos para glorificar a Dios y llevar a otros a Jesús.

Para aquellas que puedan estar luchando con la seguridad de su salvación o dudando de su reconciliación con Dios, háganse esta pregunta: ¿Confías en Jesús para el perdón de tus pecados y crees que Él te ha reconciliado con Dios? Entonces ten la seguridad de que has sido sellada por el Espíritu con un sello irrompible. Estás segura en Cristo, un recordatorio constante de su amor y presencia inagotables.

Oración

Querido Jesús, gracias por el precioso don del Espíritu Santo que habita en mí. Ayúdame a vivir con la seguridad de tu presencia y a ser continuamente transformado por tu Espíritu. En tu nombre, amén.