Dios Es Un Gerente ExcepcionalMuestra

La enseñanza de la parábola de los talentos

El estilo como Dios gerencia nuestras vidas nos señala e invita un modelo ( principios) a imitar en el ejercicio de las responsabilidades que Dios nos ha confiado. La parábola de los talentos expone esos principios.

El evangelio de San Mateo, capítulo 25 recoge el relato de Jesús acerca de un propietario rico, el cual representa a Dios, quien, al salir de viaje por un tiempo, encomendó sus negocios a algunos de sus siervos, con la instrucción de que negociaran mientras él estaba ausente. “Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes” (Mateo 25:14).

Esto no era una idea extraña en el mundo antiguo, donde a los siervos les eran dadas grandes responsabilidades. La mejor cosa que los propietarios podían hacer con su dinero en su ausencia, era dividirlo entre los siervos - esclavos fieles cuidadosamente elegidos, y dejándolos a que hicieran su mejor esfuerzo para fructificar el dinero.

En esta parábola el hombre rico representa a Dios, y los siervos representan a los creyentes.

Si bien el contexto de la parábola habla de un asunto relacionado con la mayordomía del dinero, su alcance puede ser mayor. La historia transmite un significado ético, e incluso lecciones muy profundas para comprender la responsabilidad humana en la vida económica. Sin embargo, esta parábola recoge más que una lección sobre la mayordomía financiera, aunque ciertamente es un aspecto. Es un llamado más amplio a usar todo lo que Dios ha dado - tiempo, dinero, habilidades, dones y talentos, recursos y oportunidades - para su gloria y el beneficio de los demás. En una interpretación más amplia, los talentos se refieren a todos los dones que Dios nos ha dado para nuestro uso.

En esta parábola Jesús desafía a los creyentes a evaluar cómo están invirtiendo sus vidas a la luz de la eternidad.

Esta parábola nos dice que todos tenemos talentos y dones únicos que Dios nos ha conferido con un propósito. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios (1 Pedro 4:10).

En esta parábola un talento se refiere a una unidad de peso con implicaciones monetarias. Un talento era una cantidad considerable de dinero, equivalente a 6.000 denarios. Un denario era el salario de un día de un trabajador. Si un talento valía seis mil denarios, entonces un obrero se llevaría uno diecisiete años para ganar un talento. Los talentos representan (simbolizan) los diversos dones, habilidades y recursos que Dios da a cada persona.

Por otra parte, la parábola nos anima a identificar nuestros dones recibidos, cultivarlos y utilizarlos para nuestro crecimiento personal y el bien de los demás.

La parábola de los talentos es un llamado a la acción responsable y a la fidelidad como mayordomos del Señor.

Nos desafía a reflexionar sobre cómo estamos administrando nuestros dones y recursos, y sobre nuestra disposición a tomar riesgos calculados para nuestro crecimiento y el de nuestra comunidad. En última instancia, esta enseñanza bíblica nos recuerda que lo que hacemos con lo que tenemos importa enormemente. La parábola también es una enseñanza valiosa para la delegación efectiva de responsabilidades y funciones.

En esta parábola hay varios principios puestos de manifiesto que en forma sencilla reproducen la forma como Dios gerencia, los cuales representan una enseñanza útil que podemos aplicar a nuestras vidas.

Leer Mateo 25:14-29