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Siervos - Esperamos Al Rey Dando FrutoMuestra

Siervos - Esperamos Al Rey Dando Fruto

DÍA 2 DE 9

El hecho de que el Siervo no hará ningún clamor público contrasta con otros profetas o con los profetas de Baal que gritaban frenética y emocionalmente (ver por ejemplo 1 Reyes 18).

Pero hay algo más en el lenguaje utilizado en este pasaje que es muy revelador. Las palabras en hebreo que se refieren a “clamar” “gritar” y “alzar la voz” hacen referencia a la manera en que actuaba un imperio cuando conquistaba una nación. Un portavoz entraba por las calles principales de la ciudad capital proclamando la victoria del emperador y su rol como nuevo gobernante de la nación. Una vez impuesta por la fuerza su voluntad de dominio, sometía a todos a sus propósitos. Así este gobernante era visto por todos como un salvador y un protector que podía imponerse por la fuerza.

El siervo del Señor es diferente. No se impone, se entrega. Jesús mismo nos enseña que el camino de la victoria espiritual es la entrega.

EL CAMINO DE LA VICTORIA ESPIRITUAL

En este concepto de entrega aparece claro el concepto de la cruz que se manifestará en nuestra vida en términos de renuncia, sacrificio y privaciones que haremos en busca de un fin mayor.

La cruz es una invitación a deponer el orgullo, a lidiar con nuestro ego. Santiago nos dice que esta es la única manera de vencer a Satanás y gozar del favor de Dios.

Santiago 4:6 Pero él nos da más gracia. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes». 7Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo y él huirá de ustedes.

Jesús enseñó acerca de este camino descendente de la humillación para alcanzar autoridad.

Lucas 14:11: Porque todo el que a sí mismo se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

Esta humildad que se reclama del siervo debe ser delante de Dios, pero también ante las personas. Nuestro trato mutuo debe caracterizarse por la humildad.

1 Pedro 5:5: Así mismo, jóvenes, sométanse a los líderes. Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes». 6 Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios para que él los exalte a su debido tiempo. 7 Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.

LA HISTORIA ES DE LOS QUE SE ENTREGAN

En el libro de apocalipsis se ve el notable contraste entre el dragón, que representa a Babilonia y todo el poder imperial que intenta imponerse por la fuerza y el Cordero, que vence al dragón son su entrega.

Apocalipsis 5:5-6

5 Uno de los ancianos me dijo: «¡Deja de llorar que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido! Él sí puede abrir el rollo y sus siete sellos». 6 Entonces vi en medio de los cuatro seres vivientes, del trono y los ancianos, a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.

En este pasaje el ángel proclama a Jesús como el León de Judá y la Raíz de David. Es algo esperable ya que el León y el rey son dos claras imágenes de autoridad y poder. Pero es notable que cuando Juan mira el trono en busca de esas figuras lo que ve es un cordero con el aspecto de haber sido sacrificado. Una imagen de debilidad y entrega.

Este cordero inmolado tiene siete cuernos (todo el poder) y siete ojos (toda la sabiduría) Porque es por su entrega que ha ganado esta autoridad. Este es el camino que nosotros debemos buscar porque es el que Jesús nos muestra: la entrega.

Apocalipsis 12:10-11

10 Luego oí en el cielo un gran clamor: «Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios. 11 Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no valoraron tanto su vida como para evitar la muerte.

La clave de la victoria espiritual es la entrega, menospreciar la vida hasta la muerte significa que se les ha revelado una causa superior a la propia vida.

EL EJEMPLO DE JESÚS

Filipenses 2:3: No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. 4 Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás. 5 La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, 6 quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. 7 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. 8 Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! 9 Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, 10 para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Jesús nos dio el ejemplo en Su propia vida. Alcanzó su destino profético, conquistó un nombre por encima de todo otro nombre por el camino descendente, por el vaciarse de si mismo y entregarse por los demás.

Durante su ministerio dejó claras enseñanzas de esto a sus discípulos.

Mateo 20:25 Jesús los llamó y dijo: —Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen al pueblo y los altos oficiales abusan de su autoridad. 26 Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor 27 y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás, 28 así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

Jesús nos muestra un camino diferente al de los gobiernos del mundo. El que quiera subir, debe ir hacia abajo. Ese es el lenguaje del amor. El miedo te llevará a tratar de salvar tu vida, evitar la entrega y escalar por encima de otros.

Jesús enseña que la autoridad es funcional al servicio.

Estamos llamados a alcanzar posiciones de autoridad e influencia no para obtener reconocimiento. No para sabernos importantes. No por nuestra propia comodidad o seguridad. Sino para servir al prójimo y traer la justicia de Dios a la tierra.

Estamos llamados a ser siervos que cambian el mundo, pero no por imponer una verdad, sino por revelar la verdad del amor de Dios a través de nuestra entrega.

Escrituras

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