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Siervos - Esperamos Al Rey Dando FrutoMuestra

Siervos - Esperamos Al Rey Dando Fruto

DÍA 1 DE 9

El pasaje comienza hablando de un “siervo” y luego nos cuenta algunas de sus características.

Dice que Dios lo sostiene.

Dice que Dios lo ha elegido.

Dice que Dios se deleita en él.

Dice que Dios ha puesto su Espíritu en él.

Dice que este “siervo” llevará justicia a las naciones.

Esto nos lleva a hacernos una pregunta clave:

¿QUIÉN ES ESTE SIERVO?

Algunos entienden que se refiere al pueblo de Dios, a Israel como nación. Dios mismo se refiere a Su pueblo como Su “primogénito” (Éxodo 4:23) y en muchas ocasiones como Su siervo.

Otros piensan que se refiere a alguien en particular que surge del pueblo para librar a Israel y guiarlo en el retorno a su tierra.

El Siervo es Jesús, a quien Mateo claramente lo identifica en este pasaje .

Mateo 12:15: Consciente de esto, Jesús se retiró de aquel lugar. Muchos lo siguieron y él sanó a todos los enfermos, 16 pero les ordenó que no dijeran quién era él. 17 Esto fue para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: 18«Este es mi siervo, a quien he escogido, mi amado, en quien me deleito; sobre él pondré mi Espíritu y proclamará justicia a las naciones. 19No disputará ni gritará; nadie oirá su voz en las calles. 20No acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que apenas arde, hasta que haga triunfar la justicia. 21Y en su nombre pondrán las naciones su esperanza».

Todas estas interpretaciones son correctas, ya que una misma profecía tiene diferentes momentos de cumplimiento en la historia. Algunos llaman a esto diferentes “horizontes proféticos”.

Esta profecía se cumple en el mismo Israel como en Jesús, pero también se refiere a nosotros.

Cada uno de nosotros es un siervo escogido, sostenido por el poder de Dios que hemos recibido de Su Espiritu en nosotros, deleitamos el corazón del Padre y estamos llamados a llevar Su justicia a las naciones, hasta lo último de la tierra.

EL “MODUS OPERANDI” DIVINO

Las virtudes de este siervo, tanto como su misión, son extraordinarias. Por eso llama la atención que la palabra que se utiliza aquí para referirse al siervo sea la palabra hebrea “ebed” que literalmente significa esclavo.

Vemos aquí una manera de actuar de Dios en la historia. Dios elige a un esclavo para traer libertad a Su pueblo. ¡Parece una broma! Imaginemos al pueblo viviendo bajo la opresión del imperio que recibe la noticia que dice que quien va a salvarlos es un esclavo.

Muchas son las historias que en la Biblia nos muestran que Dios elige hacer las cosas de esta manera.

Israel es elegido no por ser un pueblo importante, sino todo lo contrario, por ser insignificante

Deuteronomio 7:6 Porque para el Señor tu Dios tú eres un pueblo santo; él te eligió para que fueras su propiedad exclusiva entre todos los pueblos de la tierra. 7El Señor sintió afecto por ti y te eligió, aunque no eras el pueblo más numeroso, sino el más insignificante de todos. 8El Señor te ama y quería cumplir su juramento a tus antepasados; por eso te rescató de la esclavitud, del poder del faraón, el rey de Egipto, y te sacó con gran despliegue de fuerza.

David era el “no elegible” de su familia, por eso el padre no lo tuvo en cuenta cuando el profeta Samuel fue a su casa a ungir a un nuevo rey para Israel. ¡Pero Dios los eligió!

2 Samuel 7:8: »Pues bien, dile a mi siervo David que así dice el Señor de los Ejércitos: “Yo te saqué del redil para que, en vez de cuidar ovejas, gobernaras a mi pueblo Israel. 9 Yo he estado contigo por dondequiera que has ido y he aniquilado a todos tus enemigos. Y ahora voy a hacerte tan famoso como los más grandes de la tierra.

Gedeón no podía aceptar el llamado de Dios porque justamente no entendía que Dios eligiera a alguien como él.

Jueces 6:15—Pero, señor —objetó Gedeón—, ¿cómo voy a salvar a Israel? Mi clan es el más débil de la tribu de Manasés y yo soy el más insignificante de mi familia.

El mismo profeta Isaías ve una dificultad en su llamado por ser alguien de labios impuros. ¿Cómo elegiría Dios a alguien como él?

Isaías 6:5 Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros y mis ojos han visto al Rey, al Señor de los Ejércitos».

El apóstol Pablo le escribe a la iglesia de Corinto que tenía algunos problemas de inmadurez y se jactaban de ciertos aspectos de su espiritualidad y les dice que recuerden su llamamiento.

1 Corintios 1:26: Hermanos, consideren su propio llamamiento: no muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; tampoco son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. 27 Pero Dios escogió lo tonto del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. 28 También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, 29 a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse. 30Pero gracias a él ustedes están unidos en Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención; 31para que, como está escrito: «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor»

Así que… ¡considera tu llamado! ¿De dónde te saco el señor el día que te entregaste a él? ¿Tienes algo de que jactarte? Esta forma de actuar de Dios es un golpe a nuestro ego que nos ayuda a reconocer la grandeza de Su amor.

Pablo mismo era consciente de sus debilidades y cómo estas conectan con la gracia y el poder de Dios.

2 Corintios 12:9 pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. 10 Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

¿Qué entiendes de este pasaje? ¿Cómo es que el poder de Dios se perfecciona en nuestras debilidades?

HIJOS QUE SIRVEN

Este texto de Isaias 42:1 se menciona en Mateo 3.

Mateo 3:16 Tan pronto como Jesús fue bautizado, subió del agua. En ese momento se abrió el cielo y vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él. 17 Y una voz desde el cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».

La voz del Padre dice: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él». Esta frase es una cita textual de dos textos del antiguo testamento. Uno es el Salmo 2:7: “Yo proclamaré el decreto del Señor:«Tú eres mi hijo», me ha dicho, «hoy mismo te he engendrado» y el otro es una cita de nuestro texto de Isaías 42

“…en quien me deleito”.

Destaquemos que el Salmo 2 es un salmo mesiánico, es decir que es una profecía que apunta a Jesús como el Mesías Rey. Pero Isaías 42 es una profecía mesiánica sobre el siervo sufriente.

Así que el Padre está reconociendo a Jesús como el Mesías Rey y como el siervo que va a entregar Su vida para redimir al mundo. Esto resulta interesante porque la condición de siervo no excluye la condición de hijo, todo lo contrario. El Hijo de Dios voluntariamente elige hacerse siervo de todos. Solo quien se reconoce hijo entiende la dignidad que posee, y solo quien reconoce su propia dignidad como condición fundamental es capaz de entregarse y humillarse para servir al prójimo sin por eso sentirse denigrado en su condición humana. ¡Solo un hijo amado puede volverse siervo de todos!

Este es nuestro desafío para este año, que todas nuestras acciones de servicio al prójimo revelen el amor del Hijo que nos ha dado su Santo Espiritu para que como iglesia expresemos en el mundo el amor de Dios.

Escrituras

Día 2