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Siervos - Esperamos Al Rey Dando FrutoMuestra

Siervos - Esperamos Al Rey Dando Fruto

DÍA 4 DE 9

El programa histórico de Dios nos llama a los confines de la tierra. Las costas esperan la enseñanza, la ley, los principios, las verdades fundamentales del reino de Dios que hacen derecho y justicia a las personas. El plan de Dios es que esta enseñanza llegue hasta los confines del mundo de mano de la iglesia.

Romanos 8 nos dice que la misma creación espera la manifestación de los hijos de Dios.

Las naciones esperan, a veces no saben lo que esperan. Saben que lo que buscan se llama paz, justicia, bienestar, pero ignoran que eso viene por la Palabra de Dios. El siervo de Dios es aquel que se sostiene en su llamado de anunciar al mundo la buena noticia de que el reino de Dios se ha acercado.

Mucha gente ve la injusticia en el mundo y se adapta o se cansa de esas situaciones. El texto nos dice que por causa de la injusticia del mundo el siervo de Dios no se cansa ni duda. Escucha el clamor de las costas lejanas y eso enciende su corazón para cumplir con su llamado a ser agente de justicia.

BATALLAR CONTRA EL DESÁNIMO

¿Qué cosas te desaniman en tu llamado?

Recuerda algún momento en que hayas querido renunciar a tu tarea, ¿cuál fue el motivo?

Todos nos desanimamos, nos agotamos, perdemos la visión y tenemos la tendencia a encerrarnos en nuestras necesidades. Es importante revisar las causas de esto para saber cómo es que el diablo trabaja para apartarte de tu llamado, tu vocación profunda de servicio a Dios.

El apóstol Pablo nos invita a ver en cada necesidad, en cada acto de injusticia una oportunidad.

Gálatas 6:7 No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 No nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos. 10 Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe.

El solo hecho de ser testigo de una injusticia puede constituirse en tu llamado. No necesitas más que eso, ni que baje un ángel o alguien más te dé una palabra. Ahí en el mismo acto de injusticia que estas presenciando, Dios te llama. Muchas veces nuestra vocación se nos revela por las cosas que nos duelen del mundo.

Por eso Pablo dice que “según tengamos oportunidad” hagamos el bien a todos. La palabra que se traduce oportunidad es el griego “kairos”, que es como una puerta que te abre el cielo para que siembres. Un “momentun” divino. Una oportunidad de parte de Dios para hacer el bien, para llevar justicia. Por eso debes andar por la vida con los ojos bien abiertos, levantar la mirada de tu propio ombligo y prestar atención a las necesidades de otros. Allí están tus mayores oportunidades.

Dios no puede ser burlado y no puede fallar. Todo lo que siembres volverá como una gran cosecha. Pero esto sucederá “a su tiempo” aquí la palabra tiempo es la misma que oportunidad, “kairos”. También la cosecha tiene su momento oportuno y debes esperarla con paciencia. Pablo sabe esto y por eso nos dice que no nos cansemos. Mucho de nuestro cansancio viene de sostener las expectativas. Nos cansamos de esperar. Perdemos la fe. Nos rendimos. Pero la clave para alcanzar la cosecha es no rendirse.

Nunca te des el permiso de cansarte de hacer cosas buenas por los demás. Eres un siervo. Eso es lo que hacen los siervos.

NO TE RINDAS

La Biblia está llena de palabras que te invitan a esforzarte, no rendirte, ser valiente, perseverar.

Isaías 35:3 Fortalezcan las manos débiles. Y afiancen las rodillas vacilantes. 4 Digan a los de corazón tímido: «Esfuércense, no teman, Pues su Dios viene con venganza; La retribución vendrá de Dios mismo, Mas Él los salvará».

Jose 1:9 ¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas».

Salmo 27:13 Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del Señor. En la tierra de los vivientes. 14 Espera al Señor; Esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor.

1 corintios 15:58 Por tanto, mis amados hermanos, estén firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo en el Señor no es en vano.

HAZTE FUERTE

¿De dónde viene la fortaleza para no renunciar ni dejarnos desanimar?

Nos hacemos fuertes en la comunión.

Las relaciones personales significativas, es decir con personas de fe, es un bien invaluable, pero despreciado por una cultura que fomenta el individualismo y la autosuficiencia. La victoria del pueblo de Dios sobre Amalec (Éxodo 17) tuvo su estrategia clave en la acción corporativa. Si prestas atención Amalec ataca a los que se cansan, los rezagados. En esta batalla el pueblo comenzará a retroceder en la batalla cuando Moises se cansaba de sostener sus manos alzadas. Son sus hermanos Aarón y Hui quienes le proveen la fuerza que a él le falta para que el pueblo no se rinda. Valora a las personas que Dios pone en tu camino sea para instruirte, o guiarte, o acompañarte, fortalecerte en el momento oportuno.

Nos hacemos fuerte en el Señor y en el poder de Su fuerza

Efesios 6:10 Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. 11 Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo. 12 Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes.

No puedes dejar de ver la lucha espiritual detrás de todo lo que viene a robarte tu llamado.

Nos hacemos fuertes en la gracia.

2 Timoteo 2:1 Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. 2 Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga a hombres fieles que sean capaces de enseñar también a otros. 3 Sufre penalidades conmigo, como buen soldado de Cristo Jesús. 4 El soldado en servicio activo no se enreda en los negocios de la vida diaria, a fin de poder agradar al que lo reclutó como soldado.

¿Cómo nos fortalecemos en la gracia? Pues ninguna energía, impulso interior o motivación es tan poderosa como el amor. La gracia nos enfoca. Nos recuerda el enorme amor de Dios hacia nosotros y nos lleva multiplicarnos en otros y sostenernos en la lucha contra el infierno.

No te des permiso de desanimarte ni dudar. Un mundo que sufre injusticia espera que te manifiestes como siervo.

Escrituras

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